AMBIENTE POLÍTICO… Circo, Morena y Teatro
Por: Eduardo Serrano
En la construcción -no solo en la transformación- de un mejor país, jugarán un papel muy interesante los colmilludos del Ambiente Político, esos a los que llamamos “viejos lobos de mar”, no por su edad propiamente, sino por su capacidad para ejecutar estrategias que los mantengan vigentes, como es el caso de José Ramón Enríquez con su llegada a la bancada de Morena en el Senado, lo cual no es una casualidad, sino un buen amarre del mago Ricardo Monreal y un salto mortal con pirueta en el aire para caer de pie por parte del oftalmólogo. Este acto circense tendrá consecuencias legislativas al darle manga ancha al titular del poder ejecutivo, quien, en su papel de domador de pandemias, y promotor de exitazos remasterizados de la Sonora Santanera, provocará inevitablemente una serie de rugidos al interior del morenismo que los hará estremecerse encima de la cuerda floja, esa que mueven los propios “morenos”, para ponerle más emoción al acto, o para que se los cargue el payaso.
Ante el circo, maroma y teatro que se está armando en Morena, particularmente, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), no puede darse el lujo de quedarse comiendo palomitas mientras pasa la función. Las últimas experiencias electorales le costaron una baja importante en su militancia, y no fue menos en sus simpatizantes. Permanecer atentos a las declaraciones de las y los “morenos” inquietos, será fundamental para preparar un buen espectáculo, que los fortalezca en el Congreso del Estado y los posicione en la Cámara Baja. En los malabares de la pista tricolor, en efecto, hay varios políticos curtidos que tendrán que reforzar la actuación de las nuevas generaciones, para presentar una buena oferta de perfiles en el 2021. Es sabido que Arturo Yáñez Cuéllar, se cuenta entre los que podrían aspirar a una diputación plurinominal por sus méritos en 2019, pero la lista de suspirantes es larga y no son pocos los que, a estas alturas, tragan lumbre.
Mientras algunos “morenos” se agarran a pastelazos, en el PRI se tendrá que evaluar la posibilidad de echar mano de perfiles de capacidad parlamentaria comprobada, con claridad en el manejo de los contrapesos legislativos. Ahí se encuentra su propio dirigente estatal Luis Enrique Benítez; pero también será factible que resurja el “hombre de los dos metros de altura” Gustavo Lugo Espinoza. Para el tiro al blanco, es muy probable que aparezca el habilidoso Ismael Hernández Deras, y el domador de fieras del campo, Óscar García Barrón, quien, al igual que Ricardo López Pescador, de nuevo luchará por reencontrarse en las boletas. En la pista incendiada de la comarca Lagunera, no hay que descartar la reaparición de las damas Lety Herrera y Rocio Rebollo, ya que, en esa propuesta que combine experiencia y juventud, el Revolucionario Institucional deberá apostarle a un buen show que mantenga al respetable atento, y a sus actores… en sus filas.
Es un hecho, el futuro del tricolor dependerá de la presentación de su función estelar frente a la carpa de Morena, partido que no tarda en mostrar sus habilidades circenses, es más, no faltarán los militantes que se metan varias espadas sin atragantarse, como la senadora Margarita Valdez quien dijo que la jugada de Enríquez Herrera fue de “ajedrez”, pero también aprovechó para invitarlo a formarse para el 2022, pues hay muchos “morenos” adelante de él. Por otro lado, los motociclistas del Verde, los del PT y por supuesto los de Morena, que giran a toda velocidad en la esfera de una gran alianza, tratarán de no estrellarse entre sí, en un trabajo coordinado para consolidar su proyecto, aunque la llegada del “Doc” en medio del redoble de los tambores, los tentará a meterle el acelerador con la finalidad de desplumar al Águila apenas intente asomarse, tal como lo hicieron en 2019, donde el galeno se quedó con las entradas y los souvenirs, mismos que tuvo que repintar de Naranja para no perderse la función.
Twitter: @LaloSerranoZ