Por: Eduardo Serrano 

En medio de una gran turbulencia en el Ambiente Político, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) se renueva. El periodo a cargo de Enrique Benítez que estuvo marcado por un notorio crecimiento electoral, traducido en negociaciones y acuerdos, que vino a consolidar Rubén Escajeda en victorias, con una gran visión de unidad tricolor; finaliza dejándole a sus militantes un buen sabor de boca. Como en todo, hubo luces y sombras, pero se debe reconocer que las luces fueron más brillantes, que opacas las sombras. La identidad entre el priismo se ha fortalecido a tal grado, que permea entre ellos el ánimo de triunfo y el deseo de continuar con su reconstrucción, por lo que el comienzo de la dirigencia a cargo de Arturo Yáñez Cuéllar, plantea grandes retos que deberán asumirse con absoluta madurez y visión, más allá de las fronteras de su partido.

Todo está previsto para que este día, Arturo Yáñez asuma la presidencia del Comité Directivo Estatal, y la lagunera Rocío Rebollo, tome las riendas de la Secretaría General, función cubierta por Caty Mercado con acertado toque conciliador, resistiendo en todo momento, los embates de priistas inconformes. La mancuerna Yáñez-Rebollo, deberá mantener la tónica establecida, primero, por la dupla Benítez-Mercado y después, Escajeda-Mercado, a fin de generar las condiciones necesarias para mantener un correcto dialogo interno, en el que, dicho sea de paso, ha jugado un papel fundamental el delegado del CEN, Roberto Padilla Márquez, quien seguramente permanecerá para cristalizar los objetivos venideros y las prioridades marcadamente visibles, que le darán al PRI la posibilidad de formar parte protagónica en la sucesión gubernamental, y en la renovación de las 39 alcaldías que estarán en juego.

Alejandro Moreno Cárdenas, líder nacional del Revolucionario Institucional, estará presente en el evento donde su amigo Arturo tomará las riendas; será muy interesante el mensaje que envié “Alito” a la clase política duranguense, a partir de lo sucedido en el Congreso del Estado, con la reforma a la Ley Orgánica en la que se le arrebató -literalmente- el primer año de la Jucopo a su partido, situación que ha enardecido el ánimo priista, claramente descrito por Esteban Villegas, al decirle a los diputados de Morena que su acción tendrá repercusiones nacionales y que se volverán a ver las caras en las urnas, reiterándoles que ahí nuevamente, los vencerán. Moreno Cárdenas está obligado a dar un mensaje contundente en el que la unidad entre priistas, sea determinante para sus objetivos electorales, puesto que, hoy más que nunca, el PRI, no puede equivocarse.

Arturo Yáñez tiene la enorme responsabilidad de consolidar escenarios factibles, para que el PRI continúe en su ruta de reconstrucción. Ciertamente, el PRI no está acabado, ni está en la antesala de la debacle, por lo que Yáñez Cuéllar tiene la apremiante oportunidad de cosechar en 2022, lo que sus antecesores han sembrado, cuidando meticulosamente que la tierra duranguense se mantenga fértil para seguir sembrando. Arturo Yáñez y Rocío Rebollo tienen muchos retos, unos más importantes que otros, pero todos conducen a donde mismo, y sus resultados tienen una sola unidad de medición, dado que la “joya de la corona” está en puerta, entonces, lo que ocurra en su disputa, marcará el destino de la Era Yáñez Cuéllar.

Twitter: @LaloSerranoZ