Por: Eduardo Serrano

Es curioso, el PRI sigue dudando del PRI; pero es más curioso que algunos de los priistas que se fueron a Morena, duden más de Morena que del PRI; y quizás es todavía más extraño que otros priistas que pretendían irse a Morena, la estén pensando bastante, pues a pesar de los pesares, el PRI sigue siendo una escuela para muchos políticos. Este juego de palabras nos sirve de marco de referencia para analizar el Ambiente Político que gira en torno a la elección del nuevo mandamás del tricolor a nivel nacional, que se llevará a cabo el próximo 11 de agosto, en la que seguramente habrá saldos del atrevimiento democrático de este partido que vive su propia transformación interna, en la que buscará, a toda costa, mantenerse vigente en la escena política, antes de que su “hermano menor” despierte del “berrinche” que hizo en el pasado proceso electoral, y que trajo como consecuencia que el PRI, como “hermano mayor”, conservara ciertos triunfos.

Este día viene a Durango, Alejandro Moreno Cárdenas, con el claro objetivo de reunir los intereses de la militancia en favor de su proyecto, el cual ha sido señalado de diferentes maneras de ser el “enviado de la cúpula”, sin embargo, el campechano continúa haciendo su chamba en todo el país, uniendo a sus adversarios notoriamente en su contra, para generar un insípido frente común, que servirá solamente de “argumento” para aquellos que decidan emigrar hacia otras ofertas políticas. «Alito» sabe que en Durango se ha trabajado bien el proyecto que le confió a Arturo Yáñez como uno de sus coordinadores, y que el encuentro que sostendrá con el priismo duranguense, servirá para ratificar la simpatía, pero sobretodo, para generar acuerdos y compromisos que dejen constancia de que al gobernador con licencia de Campeche, sí le interesa la «Tierra de los Alacranes».

En la entidad son alrededor de 192 mil priistas los que podrán elegir, de entre dos sopas, a su nuevo jefe nacional. Sí, aunque estén registrados tres, evidentemente el CEN se disputa entre Ivonne Ortega y Alejandro Moreno, con un panorama muy favorecedor para el campechano, sin embargo, la yucateca, aguerrida por naturaleza, ha enfocado sus baterías en un “blanco” que podría tambalearse ante los disparos que le propine, ya que para Ivonne, ese “blanco” no es Moreno Cárdenas, sino el proceso en sí; por lo tanto, lo más factible dada su experiencia, es generar un Ambiente Político enrarecido entorno al “puntero”, para ello ha solicitado a la Comisión Nacional de Procesos Internos del tricolor,  que le sean facilitados algunos “observadores” que den “fe” de la “cargada” en favor de «Alito» en el proceso priista.

Recuperar la confianza en el PRI, para el priismo, es una labor titánica, más aún, cuando estaban acostumbrados a someterse a esa disciplina que los mantuvo en el poder por décadas. Es difícil saber, si de algo les sirvió el trago amargo de la derrota, al final de cuentas, entre priistas, como entre gitanos, no aplica la lectura de la “mano”, y menos si se presume que la hay de color negro. Si «Alito» lee de manera correcta los tiempos que vive el tricolor, podrá construir. Si genera alianzas, podrá avanzar; si respeta acuerdos podrá dirigir; si se recarga con su “hermano menor”, podrá subsistir. Pero si el PRI quiere volver a ganar, tendrá que reconstituirse en todo el país, extirpándose uno a uno los “cánceres” que le carcomen la existencia, manteniendo la relación con su “hermano menor”, tan cercana y distante como sea necesario, pero con el objetivo claro de recuperar la confianza interna y separarse de su “hermano menor”, antes de que éste crezca, aprenda de sus errores… y ya no lo necesite.