Por: Eduardo Serrano

Lamentablemente en Durango, una buena parte de la población sigue haciendo caso omiso a las recomendaciones sanitarias, cuyo único fin es evitar la propagación indiscriminada de contagios del COVID-19, los cuales se han elevado en el último mes hasta un 600 por ciento, según lo mencionó el propio Gobernador del estado, José Aispuro Torres, motivo por el cual, en conjunto con el alcalde Jorge Salum, tomó la determinación de aplicar nuevas disposiciones para disminuir la alta movilidad peatonal y vehicular que se registra en las calles -particularmente de la capital-. Sin embargo, muy pocas personas asumen con seriedad esta situación, sin considerar que, de seguir así la tendencia, en un par de semanas el sistema hospitalario colapsará. El Ambiente Político deberá hacer un esfuerzo por despolitizar la pandemia y ponerla en su justa dimensión, pues de lo contrario, el enfoque social, lejos de atender responsablemente la parte que le toca, seguirá enfrascada en ver cómo le cuestiona al Gobierno sus estrategias.

Ciertamente, las diversas acciones para enfrentar los efectos económicos y sanitarios de la pandemia, que cada vez se agudizan más, se discuten a diario. Muchas personas ya están hartas de levantarse y desayunar Coronavirus, comer Coronavirus, cenar Coronavirus, e irse a dormir y soñar Coronavirus; es entendible que el estrés por el confinamiento produzca conductas hasta cierto punto indiferentes, pero estamos en medio de una emergencia que es real. El problema aquí, es que algunos “creativos”, aprovechándose de la situación, principalmente en redes sociales, no dejan escapar la oportunidad para “pegarle a los gobiernos” al distorsionar la información, o bien, para generar una reacción adversa hacia las autoridades, propiciando que se den las condiciones “óptimas” para que los contagios y las defunciones, se eleven como hasta ahora.

Con todo lo relacionado acerca de la pandemia extremadamente politizado, hay quienes se enfrascan en discusiones tan ridículas, que ponen sobre la mesa acciones que ni siquiera se han aplicado y despiertan inconformidades entre la ciudadanía a partir de sus publicaciones en redes. En efecto, las autoridades salen a dar a conocer las disposiciones drásticas que deben tomar y que con justa razón incomodan a muchos, como el cierre de calles a la circulación vehicular; pero además, deben salir a desmentir las medidas que no han tomado -como el “Hoy no circula”- y que con injusta razón incomodan a otros tantos. Jugarle “al teléfono descompuesto” en medio de la pandemia, es altamente peligroso; las autoridades, sin duda, se desgastan y pagan el costo por sus decisiones, puesto que para eso están ahí, para tomar decisiones, asumiendo que para ellos lo primordial es salvar vidas; pero la desinformación, o la pretensión de politizar al extremo cualquier medida, pone en riesgo a la población, genera una resistencia social a cualquier medida preventiva que imponga al autoridad, y se “pavonea” con la desobediencia.

Al final del día, los contagios y las muertes son como lo dijera “Chabelo”, unas “espantosas X” en el manejo de la emergencia, aunque en realidad, representen una fuerte presión para el personal médico en los hospitales y tristemente, en casos extremos, pérdidas irreparables en algunas familias. Por ello, todos debemos hacer un esfuerzo por despolitizar la pandemia; por supuesto que los efectos no solo tienen que ver con la salud, es evidente que no solo se trata de contagios y fallecimientos, también se han perdido fuentes de trabajo, se han derrumbado empresas, y el panorama no es tan alentador, pero eso no hará más fuerte a un partido o débil a otro, con una pandemia politizada perdemos todos, el médico o la enfermera agredida; el comerciante que no pudo abrir su local; el bolero que tuvo a quien lustrarle su calzado, el señor que no vendió su nieve. Solo por esta vez, hagamos un esfuerzo y veamos la emergencia sanitaria con un rostro más humano, y menos político.

Twitter: @LaloSerranoZ