Por: Eduardo Serrano

El costo político por la desaparición de los 109 fideicomisos, que se votó y aprobó en lo general en la Cámara de Diputados, lo tendrá que absorber Morena. El Ambiente Político puede no ser tan benévolo con el partido de la Cuarta Transformación, ante la desfachatez con la que se han conducido las legisladoras federales, a excepción de Martha Olivia García, quien votó en abstención el exterminio de los fideicomisos. También el Partido del Trabajo, le dejó ese costo político solo a Morena, pues hasta al polémico Gerardo Fernández Noroña, le dolió coincidir con la oposición “hipócrita”, al considerar que sería un error desaparecer el Fonden, el apoyo atletas, a periodistas protegidos y a centros de investigación, entre otros. Los impactos negativos para Morena pueden no verse -por el momento- reflejados en las encuestas, en las que se mantiene a la cabeza, pero, aun así, la duda persiste en relación a lo que se arroje en las urnas en 2021, considerando que todavía la moneda está en el aire respecto a la elección interna, y la consecuente definición de candidaturas, donde también habrá costos.

El Partido Verde Ecologista de México, aliado de Morena, votó a favor la propuesta en lo general, pero a decir del diputado Gerardo Villarreal, presidente de este organismo político en Durango, hay que revisar dicha propuesta en lo particular y definir los fondos que de ninguna manera deben desaparecer, además de colocar un transitorio en el que se especifique que, una vez pasada la emergencia sanitaria, se restituyan todos para que operen como lo hicieron hasta antes de la pandemia. Villarreal Solís aclaró que su partido no apoya la desaparición de los fideicomisos “prioritarios”, sin embargo, manifestó que es un tema al que le falta debate y confía en que se tomará la mejor decisión para México. El Partido Verde, asumió el costo, pero ha tratado de matizarlo, dado lo controvertido del asunto, aunque, evidentemente, será muy difícil que rompan su alianza legislativa -aunque sea momentáneamente- como lo hizo el PT.

El costo político de las rupturas internas, será uno de los más caros en Morena. De resultar vencedor Porfirio Muñoz Ledo, la guillotina comenzará a cortar cabezas de personajes a los que se las tiene sentenciada, de ahí la preocupación de varios de ellos que temen ver truncada su carrera política o al menos limitados sus beneficios, como John Ackerman, a quien aparte de calificar de “golpista” por su participación en la selección de los cuatro consejeros del INE y votar sistemáticamente en contra de la mayoría que lo arrasó, -tal como lo exhibe en su cuenta de tuiter-, también le reclama que pretenda ostentarse como vocero del presidente. Muñoz Ledo va sobre Marcelo Ebrard y no se diga por Mario Delgado, a quien denunció de violar la Constitución, al promocionar presuntamente su persona en la contienda interna, con el uso de recursos públicos, cuya queja la atrajo la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) quien ordenó al INE analizarla y darle seguimiento.

Morena a nivel nacional está abusando de su capital político. No les ha importado jugar a la “Ruleta Rusa”, dado su holgado margen de maniobra al mantenerse arriba de sus opositores en las preferencias electorales, ciscando en cada “disparo mediático” -o legislativo- a sus aliados, quienes no dudan de su posicionamiento, pero tampoco de lo que produce el exceso de confianza y las guerras internas que ya forman parte de su esencia, lo cual experimentaron en Durango el año pasado. Este sábado 10 de octubre sabremos quien tomará las riendas del morenismo: Yeidckol Polevnsky, Porfirio Muñoz Ledo, o Mario Delgado, quien aparece ya en algunas mediciones como puntero, pero difícilmente podremos decir que el partido de la 4T entrará en una etapa de bonanza, pues pase lo que pase, habrá pataleo de un lado o de otro, ya que, conociéndolos, inevitablemente las consecuencias derivarán en las urnas, solo hay que esperar para saber de cuánto será, ahora, ese costo político.

Twitter: @LaloSerranoZ