Por Eduardo Serrano

Después de la serie de eventos desagradables en la “emperredizada” Morena, donde el objetivo -al parecer- es acabar con ese partido de una vez por todas, los movimientos quirúrgicos que realizan sus adversarios obedecen a estrategias mejor pensadas, mejor trazadas y hasta mejor ejecutadas. Evidentemente no hace falta entretenerse en “tirarle piedras” al partido de AMLO, pues con sus enemigos internos basta y sobra. Pero aquí no se trata únicamente de quedarse viendo las “luchas” desde las gradas comiendo “palomitas”, el Ambiente Político se presta para que tanto el PRI como el PAN, desde su respectiva posición, se fortalezcan en sus estructuras, haciendo a un lado las diferencias que podrían distraerlos de su misión particular, y del objetivo general de los partidos que es seguir siendo -cada uno- opción de Gobierno para el electorado, quien con base en su desempeño, determina a quién le confía su voto.

La convocatoria para elegir al nuevo Comité Directivo Estatal del PAN ya ha sido publicada. El próximo día 15 de diciembre de 2019, el blanquiazul deberá llegar a una conclusión de la que emane un solo equipo en unidad, en la que se representen los diversos grupos y fuerzas internas, según lo determinen los propios panistas. Pero eso no se dará por arte de magia, se requiere fundamentalmente del reconocimiento del momento histórico que viven, en el que son Gobierno en el estado y administran una buena parte de los municipios de la entidad, es decir, son la primera fuerza política en Durango. Sin embargo, esa realidad viene acompañada del contexto nacional, en el que siendo segunda fuerza, no han podido hacerle frente a la aplanadora morenista en el Congreso de la Unión, que con todo y sus “agarrones” internos, ha cumplido con los objetivos de la agenda legislativa “cuatroteísta”.

Mientras se mueven las aguas con aquellos que podrían buscar el 2021 y el 2022 en el PRI, con perfiles de la talla de Leticia Herrera Ale, Esteban Villegas y Luis Enrique Benítez, en el PAN se prepara el escenario para conformar un partido que medirá su fortaleza de forma proporcional con los resultados que entregue en el ejercicio del poder. Jorge Salum, de manera natural, estaría en la terna blanquiazul para el 2022, al igual que la coordinadora del gabinete estatal, Rosario Castro, y los legisladores locales Toño Ochoa y Carlos Maturino, todos desempeñando tareas de suma importancia desde sus respectivos ámbitos, lo cual permite que mantengan los reflectores en dirección a cada movimiento que realizan. Tal vez, parte de la estrategia obligue a alguno de ellos a que tracen su ruta con una parada en el 2021, pero lo destacable es que son perfiles de los cuales puede echar mano Acción Nacional llegado el momento, siempre y cuando cuenten con un factor adicional: Una dirigencia sólida y unida.

Por eso los panistas deben atender de manera especial la renovación del CDE. Verónica Pérez Herrera es, probablemente, quien mejor se perfila en la justa interna blanquiazul. Un buen sector de los liderazgos señalan que en las responsabilidades que asumió en los procesos electorales recientes, Pérez Herrera demostró su lealtad al partido, priorizando la unidad como factor para la obtención de resultados favorables. Se ha mencionado también la posibilidad de que Lorenzo Martínez Delgadillo, actual dirigente estatal, busque la reelección, habrá que ver si la representación en el Consejo Político del PAN le da lo suficiente para aventarse ese “trompo a la uña”, él lo habrá de valorar, porque quizá sea más factible que junte un mayor número de panistas en su contra que a su favor. Por último, una acotación: Invariablemente, quien logre alzarse con el triunfo en diciembre próximo, tendrá que construir un solo PAN, ya no habrá ni tiempo ni oportunidad, para que vuelvan a presentarlo en rebanadas.