AMBIENTE POLÍTICO… Errores y aciertos de la «chiquillada»
06/06/2019 - Hace 5 años en MéxicoAMBIENTE POLÍTICO… Errores y aciertos de la «chiquillada»
Por: Eduardo Serrano
Los partidos políticos de escasa representación, conocidos como la «chiquillada”, jugaron un papel determinante en la elección celebrada en Durango el pasado domingo 2 de junio. Hubo de todo, desde los que, como institutos de corta edad, cometieron errores en las negociaciones; también vimos comportamientos de aquellos que con limitada madurez política, mediante la aplicación de ciertas técnicas, mostraron una serie de “berrinches electorales” a fin de alcanzar sus objetivos. También hubo quien trató de imponer condiciones un tanto exageradas, pretendiendo vender “caro su amor”, y desde luego, no faltó quien resultó ser damnificado debido a los conflictos ajenos, y claro, no dejemos de lado a quien hábilmente, y pese a las críticas, supo darle lectura a los nuevos tiempos del Ambiente Político que prevaleció en este proceso marcadamente extraño.
El Partido de la Revolución Democrática ha venido cayendo de manera importante en las preferencias electorales. Las alianzas que ha concretado en los últimos años pasaron de ser estrategias demoledoras en contra de la hegemonía tricolor, a coaliciones de subsistencia. Ahora el PRD adopta auténticas medidas para mantenerse con vida aferrado al aparato que le provee “respiración artificial” mediante oxígeno blanquiazul. Miguel Ángel Lazalde, dirigente del partido del «sol azteca», muy a tiempo, no dudó en “sacrificar” una candidatura a la presidencia municipal en Durango, ante la gran posibilidad que quedara expuesto su verdadero capital; sin embargo, la determinación fue efectiva, pues la alianza de facto con el PAN le permitirá replantear lo que esperan de su futuro inmediato al tener presencia en los 16 municipios donde triunfó la coalición amarilla con azul, y la posición en el cabildo de la capital.
Aunque estuvo insistiendo hasta el final, el Partido Verde se quedó “chiflando en la loma”. Quiso trabajar de la mano de la «Cuarta Transformación» y le fue imposible concretarlo, porque las olas internas e intensas de Morena lo revolcaron. Tal vez para el Verde, la coyuntura pudo haber sido por el canal tricolor, como lo venía haciendo en una buena parte de su historia, pero a nivel nacional la directriz los inclinó por la «4T», sitio al que, al menos en esta elección, no llegaron al igual que el PT, un partido que enarboló las causas de Andrés Manuel sólo en el discurso, situación que se vio reflejada en los votos obtenidos, lo cual exhibió su realidad electoral. El partido de la estrella cuenta con cuadros preparados que deberán replantear su estrategia para constituir de nueva cuenta su alianza con Morena, de lo contrario, estarán destinados a la extinción o por lo menos, a la mutación, un factor camaleónico al que le conocen bastante bien los petistas.
Los errores de la «chiquillada» tuvieron un costo mayor en el Partido Duranguense, que al obtener una incipiente votación -inclusive inferior a la obtenida por el independiente Gardeazábal-, y a pesar de contar con un buen candidato en la capital, se queda como parte de la historia política de Durango al perder su registro, a diferencia de Movimiento Ciudadano, que al colocarse como segunda fuerza en la ciudad de Durango, deja atrás la categoría de la «chiquillada», perfilándose para trabajar a partir de los liderazgos colocados en el Cabildo y los que se sumen de manera natural al partido naranja, que a pesar de la derrota, fue tal vez el único que no cargó, sino hasta se nutrió de los conflictos morenezcos, para salir, a partir de sus resultados, a empezar los trazos de una ruta que puede resultar interesante en los próximos años, en los que veremos más perfiles en partidos fuertes y menos “chiquillada”.