Por: Eduardo Serrano 

El domingo pasado, el presidente logró uno más de sus cometidos. Anotó un golazo, uno solo, y eso fue suficiente para la victoria en el partido dominical de la consulta popular. Puso a trabajar al Instituto Nacional Electoral (INE), en una caprichosa y costosa “cascarita”, que pocos alcanzan a dimensionar y por eso festinan que solo 6.6 millones de personas, hayan participado en esa dichosa consulta. El tabasqueño hizo efectivo un experimento social que le arrojó resultados favorables. La Consulta Experimental, en efecto, apenas rebasó el 7 por ciento de participación ciudadana. A pesar de haber sido promovida adecuadamente por el INE, este como árbitro fue objeto de duras críticas y señalamientos. Claro, no faltaron los “cachirules” -que no se distinguen, pues visten la misma casaca-, con sus viejas argucias “embarazando urnas”, mientras el árbitro se volteaba.

En Durango, una de las entidades con menor participación, la consulta promedió poco menos del 4 por ciento, con cerca de 53 mil aficionados. De los cuatro estadios, el distrito 01 federal recibió 10 mil 464; el 02 con cabecera en Gómez Palacio 15,510; el 03 una afición de 12,137 y al 04 llegaron 13 mil 793. Al parecer Marina Vitela fue quien vendió más entradas, por lo que se confirma que la comarca Lagunera sigue siendo el bastión morenista por excelencia. Habrá que ver si todos los jugadores morenistas y sus aliados, hicieron su chamba o se les quedaron las entradas, refrescos y botana, viendo desde la comodidad de su hogar el esperado encuentro, situación que, sin duda, será tomada en cuenta por el DT.

La consulta no fracasó. Morena de quien se desconoce el tamaño de su estructura, de la noche a la mañana cuenta con más de seis millones de jugadores de fuerzas básicas en el país, dispuestos a meter goles electorales, a solicitud de su director técnico. Por su parte, la oposición increíblemente festeja derrotas, o en el mejor de los casos, empates a cero. El PRI, por ejemplo, cayó en su padrón de 6.4 millones a 1.2 millones de militantes en la última elección presidencial, es decir un 78 por ciento, muchos de ellos, ahora defendiendo el marco de Morena o de sus aliados. En el PAN, las cosas podrían estar peor, dado que tiene 233 mil 945 afiliados que representan el 0.28 por ciento del Padrón Electoral Federal, cuando la Ley General de Partidos Políticos, pide al menos el 0.26 por ciento, para ser considerado un partido político nacional, es decir, apenas se completan, sin banca, con una débil defensa, el medio campo está descuidado y para acabarla, carecen de un buen delantero.

“Amlofóbicos” y “amlovers” deben ser muy mesurados en sus interpretaciones del partido de la Consulta Experimental. Existen voces en la banca cuatroteísta, como el veterano mediocampista Porfirio Muñoz Ledo, que ven en este ejercicio un rotundo fracaso, al manifestar que hubo “un desaire de la ciudadanía, lo cual debe tomarse como lección”, por lo que es preciso que “no se vuelva a banalizar el sufragio popular, ni a gastar la pólvora en infiernitos”. Efectivamente, se gastó una millonada en la organización de la consulta, y no convenció a la afición, aunque esos -no pocos- fieles seguidores que asistieron, han sabido argumentar que todo fue por culpa del “arbitro vendido”, ¡ah!, y que “el equipo del PRI robó más”.

Twitter: @LaloSerranoZ