Por: Eduardo Serrano

La pandemia avanza en contagios y muerte, pero también va dejando muchas enseñanzas, no como para decir que nos ha caído como “anillo al dedo”, pues quien así lo expresó, solo ha exhibido la perversión de su proyecto ególatra de supuesta transformación, desdeñando cualquier opinión o crítica a su Gobierno, y manteniendo vigente su estrategia de división entre el pueblo que intenta gobernar, porque, pensándolo bien, nunca antes en la historia, nuestro país se había enfrentado a crisis -de cualquier naturaleza- con mexicanos tan divididos; recordemos tan solo el sismo de 2017, en el que no importó nada, más que salvar vidas; nadie pensaba en chairos ni fifís, éramos simplemente mexicanos. Sin embargo, al margen de las acciones de aquel “personaje divisor”, hay quienes visualizan una realidad inobjetable a partir de esta situación pandémica.

Es indudable que, de entre todas las medidas de seguridad sanitaria para contener el avance del Coronavirus, “quedarse en casa”, tiene un significado que va más allá de una estrategia gubernamental. Al margen de las múltiples interpretaciones que se le pueda dar, queda claro que, en estos momentos, “la casa” es el lugar más seguro para evitar los contagios; no solamente como una construcción física, sino como edificación de valores, y como fundamento de desarrollo personal que se da a través de la convivencia de quienes en ella habitan. Entonces la estrategia bien podría ser “quédate en tu familia”. Estos tiempos de crisis han enseñado que es ahí, en la familia, donde hay que enfocar todo el esfuerzo del Ambiente Político, para detener el avance del COVID-19 y de otros “virus sociales” que también cobran vidas, corroen instituciones y fomentan la división. En ese sentido, la iniciativa presentada por el diputado Carlos Maturino, a nombre de todo el grupo parlamentario del PAN en el Congreso del estado, es de gran valor, incluso, más allá de la pandemia.

Según lo explicó Maturino, el objetivo es elevar a rango constitucional el reconocimiento de la familia como elemento natural y fundamental de la sociedad. Para ello, la iniciativa referida contiene reformas y adiciones al Artículo 16 de la Constitución Política del estado de Durango, lo cual consideran en el blanquiazul, quizás sea la reforma más importante y amplia de la historia, ya que se permitirá además de reforzar el reconocimiento constitucional de la familia, dar la pauta a la generación de otras leyes que proporcionen mayor solidez a esta célula básica de la sociedad, en donde todo tiene su origen. De ahí la importancia de que se configure el marco legal que, a decir del legislador panista, permitan a la madre o el padre pasar más tiempo con sus hijos como una garantía de carácter laboral, pero con el fin primordial de edificar personas de bien, aptas para construir y unificar a una comunidad dispersa.

Legislar con enfoque de familia, es una buena medida de seguridad y de fortaleza en todos los ámbitos del ser humano. Si en esa labor, como apunta Carlos Maturino, se logra dar a las familias una mayor posibilidad para compartir tiempo en cantidad y calidad, se colocará una piedra fundamental en los cimientos de una sociedad más justa. Falta ahora concretar la unidad en el resto de las fuerzas políticas representadas en el Congreso local, sin embargo, es evidente que se ha logrado ver más allá de la pandemia en el recinto legislativo, preparando el camino para dar pasos sólidos a otra serie de reformas en rubros laborales y de salud pública, que visualicen a la familia como espacio propicio para darle solución a la problemática de violencia e inseguridad, que también en ella tiene su origen. En efecto, el mundo pasa por una crisis sanitaria, hasta hace unos meses inimaginable, cuyo combate será más efectivo si lo hacemos quedándonos en casa, por eso hay que trabajar en la familia, eso es lo primordial, incluso, más allá de la pandemia.

Twitter: @LaloSerranoZ