Por: Eduardo Serrano

Empiezan a darse a notar varios perfiles panistas que buscan un espacio en las boletas para el 2021, sin embargo, no todas ni todos, tienen el mismo potencial para “jalar” votos. Seguramente tienen las ganas, las aspiraciones, porque dicen, “el que respira aspira”, pero carecen de carisma y algunos hasta de la más elemental preparación. Por el contrario, existen cuadros que, como coloquialmente se dice, se les ven “piernas de jinete”, lo que representa una amplia rentabilidad electoral para este y todos los partidos que se preparan en el Ambiente Político, para el proceso electoral más importante de la historia reciente de nuestro país. Regularmente, a quienes tienen piernas de jinete, se les dirige la mayoría de los ataques, ya que, para sus adversarios, es prioritario “tumbarlos del caballo” antes de que tomen la velocidad necesaria, para despegarse en la carrera electoral, mientras que a los que no representan la más mínima competencia, hasta su oposición les allana el camino.

Ha llamado la atención los señalamientos directos en contra de Javier Castrellón Garza, secretario de Seguridad en el Estado, pues su evidente movilidad con la estrategia “Zafiro”, más allá de los beneficios que pueda arrojar para detener la violencia, incluyendo aquella que se genera al interior de los hogares, misma que se ha disparado a partir del confinamiento derivado de la pandemia, a sus adversarios les preocupa en mayor medida su posicionamiento en el ánimo del electorado. Castrellón ha mostrado tener “piernas de jinete” porque sabe conducirse mediáticamente y de forma directa con la ciudadanía, así como también lo hace Héctor Flores Ávalos, secretario General de Gobierno, quien ha llevado una intensa agenda de trabajo acercándose a los diferentes sectores y actores políticos, tanto al interior como al exterior de la administración estatal del Gobernador José Aispuro Torres, colocándose también, de manera automática en los carriles de salida, no para el 2021, puesto que Flores Ávalos ya fue senador, sino para el 2022, donde se le ubica, inclusive, muy por encima de otros perfiles blanquiazules.

Cuando para muchos “la caballada estaba muy flaca”, de pronto comienza a tomar forma el proyecto de Acción Nacional con varios cuadros que potencialmente pueden dar mucho en la batalla electoral. Los golpes mediáticos posicionan también a Jaime Rivas Loaiza, secretario del Bienestar; quien después de vencer al COVID-19 regresó con los pulmones más cargados de aire para entrarle a la chamba y ubicarse en el carril del 2021. Su movilidad comienza a preocupar, porque el “plebe” sabe clavar las espuelas para darle velocidad al caballo, así como en el carril municipal lo realizan los regidores blanquiazules coordinados por Londres Botello, en un trabajo de conjunto que les ha permitido avanzar -paso a paso- a cada uno en su respectiva ruta, pero colaborando entre sí. De esta manera, Londres, Gaby Vázquez y Fernando Rocha caminan el territorio consolidando las estructuras panistas, a la espera del banderazo de salida mientras esquivan los proyectiles en redes y uno que otro “torito” mediático.

A Minka Hernández y a Meño de la Peña no les han faltado señalamientos; se les ha cuestionado su movilidad como si la función que desempeñan, los obligara a ser “mancos” del Ambiente Político, frente a las limitantes que han presentado algunos otros operadores en la administración municipal. Al verles “piernas de jinete”, los ataques se han construido sistemáticamente, pues lo importante es que sus proyectos políticos se entretengan en responder a ese golpeteo, pasando de largo que la solución a las broncas cotidianas, es precisamente lo que los hace crecer en dichos proyectos. Sin embargo, los panistas no deben olvidar que si se les ven “piernas de jinete” es porque el caballo blanquiazul sigue estando bien posicionado, es decir, la marca es su principal fortaleza, de tal forma que, si llegan a confiarse en la carrera, o se les sube el ego a la cabeza y sueltan la rienda, por muy “piernudas o piernudos” que estén, de todos modos, se pueden caer del caballo.

Por: Eduardo Serrano

Twitter: @LaloSerranoZ