Por: Eduardo Serrano

En los destapes del Ambiente Político, se debe aplicar la estrategia correcta, máxime, cuando no se han marcado los tiempos, -aunque parezca lo contrario-, y la posición ostentada sugiera para algunos, absoluta determinación, mientras para otros, exija prudencia. Esto a propósito de lo ocurrido en torno a cuatro perfiles: Margarita Valdez, Maribel Aguilera, Héctor Flores Ávalos y Jorge Salum. Por un lado, la senadora morenista, al ver que varios de sus compañeros andan “como poseídos” con una alta movilidad territorial, dio un paso importante al mostrar decididamente que buscará la candidatura al Gobierno del Estado. Evidentemente, las cosas no son sencillas en Morena, puesto que a veces los mejor posicionados, resultan ser los más sacrificados. Ante esa incertidumbre morenista, el destape de Margarita Valdez, llega en el momento preciso, aunque criticado, inclusive, más por sus propios correligionarios.

Héctor Flores, quien supliera en el Senado a José Aispuro Torres -cuando el de Tamazula se lanzara por segunda vez a tratar de conseguir la gubernatura, lo cual evidentemente logró-, se integró a su gabinete en la Secretaría General de Gobierno, una de las áreas más demandantes de la administración estatal. Desde su llegada, los bombardeos mediáticos fueron intensos; en efecto, al abogado de profesión se le vieron “tablas” para la sucesión. Ahora que la insistencia en la opinión pública se encamina con mayor elocuencia a la candidatura, Flores Ávalos dio una respuesta contundente e incómoda para muchos, al afirmar que está “completamente preparado para asumir ese o cualquier reto”; pero que esas decisiones son producto de muchas circunstancias que dan lugar a la construcción de un proyecto sólido, pues son una mezcla de “oportunidad y preparación”.

Flores Ávalos atrajo nuevamente la crítica cuatroteísta, que está más que nunca pendiente a lo que hace, dice o publica, mientras en sus huestes, se mueve sigilosamente Maribel Aguilera, en un caso extraño, pero que tiene todo sentido, ya que fue la única legisladora federal morenista, que personalmente logró refrendar el triunfo en las urnas el pasado 6 de junio. Se dice que ese es el principal -y quizás el único- argumento en el que soporta su legítima aspiración. Con Maribel y Margarita encarriladas, ya no va sola Marina Vitela, y esto se convierte en una dura pelea interna en Morena, en la que ninguna de ellas, abiertamente, se lanzará dardos mediáticos, pero sí harán uso de sus allegados, quienes probablemente seguirán alimentando a sus “troles”, para que, en las redes sociales, libren una desgarradora batalla.

En cuanto a Jorge Salum, él mismo ha manifestado que está listo para ser el candidato al Gobierno del Estado por Acción Nacional, o por la eventual alianza con PRI y PRD. Salum ha dicho, que están equivocados, quienes señalan como único argumento en su contra, que no está en plenitud de facultades para dicha hazaña. Paradójicamente, en Morena no dejan de criticar la intensa movilidad de Salum; le recriminan fallas en su administración municipal, pero al mismo tiempo, envían señales de que es el adversario a vencer. En efecto, la preparación y la oportunidad, que pudieran ser dos factores determinantes en un partido, en el otro, pueden estar en un segundo plano, ya que la decisión dependerá de la “bendición” de Palacio Nacional, donde todas y todos, tienen prendidas sus veladoras.

Twitter: @LaloSerranoZ