Por: Eduardo Ortega Solano

Para el inicio de la LXIX Legislatura del Congreso del Estado, los augurios no eran buenos; pues venían precedidos por fuertes encontronazos que sostuvieron en la Legislatura anterior, PRI/PAN/PRD y sus adversarios de Morena/PT, ocasionados porque estos últimos haciendo valer su mayoría, modificaron la “Ley Orgánica” construyendo las coaliciones parlamentarias, logrando  “escamotear” al PAN el tercer año de la presidencia de la Jugocopo la cual fue adjudicada a Morena rompiendo con esto acuerdos previos, que estipulaba que solo el primer año correspondía a Morena, el segundo para el PRI, y el tercero para el PAN, cosa que no sucedió.

Morena como partido, fue el más votado en el pasado proceso electoral, pero a pesar de esto solo obtuvieron siete diputaciones y junto con la del PT alcanzaron ocho, la mitad de las 16 que conquistaron la alianza “Va por Durango”, ocho del PRI, seis del PAN, y dos del PRD. Con esta nueva configuración del Congreso, ahora los afectados serían los de Morena, ya que no obtendrían ningún año la presidencia, quedando dos años para el PRI y uno para el PAN.

Pero en los últimos estertores de la anterior legislatura, y aprovechando la todavía mayoría de Morena/PT nuevamente cambiaron las reglas del juego, y la presidencia de la Jugocopo ahora no se definiría por la coalición más grande, sino por el partido más votado, es decir Morena. Mientras algunos calificaron esto como “un agandalle” otros aseguraron que era una jugada magistral, sin embargo, esta Ley no entraría en funciones hasta que fuera publicada, quedando esto en la cancha del secretario general de gobierno Héctor Flores, mientras algunos legisladores aseguraban que tenía 15 días hábiles para su publicación, es decir hasta después del inicio de la nueva legislatura, otros afirmaban que en este caso la publicación debería ser inmediata, que de no hacerlo el funcionario podría ser destituido y hacerse acreedor a algunos años de cárcel, se habló de la posibilidad que los diputados no asistieran a la toma de protesta, generando un vacío legislativo, una aberración constitucional.

Flores Avalos, en todo momento fue muy preciso, afirmó que le quedaba muy claro que su llegada a la Secretaría era para cumplir y hacer cumplir la ley y en ningún momento realizaría lo contrario. El secretario tuvo oportunidad de demostrar su talante como político y negociador, pues sentó en la mesa a cada uno de los actores políticos necesarios para deshacer este entuerto. Pese a lo que muchos suponíamos los coordinadores de las diferentes fracciones: Ricardo López Pescador, (PRI) Joel Corral Alcantar, (PAN) y Christian Jean Esparza (Morena) se encontraban con ánimo de dialogar y realizar compromisos, muy lejos de revanchismos o ánimos de cobrar afrentas.

Así pues, en base a consensos y acuerdos, se logró que la presidencia de la Jugocopo la tuviera un año cada partido, comenzando por el PRI en la persona de Ricardo López Pescador, hombre de acuerdos, experiencia y sobre todo, capacidad probada en trabajo legislativo, muy cercano a Alejandro Moreno, el cual le pidió a Arturo Yáñez, que hiciera valer la mayoría legislativa, para obtener la Jugocopo para el PRI en el primer año con López Pescador al frente. De esta misma manera, será rotativa la mesa directiva, también las comisiones se repartieron equitativamente. La dirección de Comunicación Social, también rotativa será para Morena durante el primer año, quienes ratificaron como reconocimiento a su labor a Iván Barrios.

Lejanos quedaron los malos augurios para la entrante legislatura, ahora por supuesto que pinta… ¡y pinta bien!

Twitter: @EduardoOrtegaS