Por: Eduardo Ortega Solano

Como extraordinario, inédito, sin parangón, fue calificado el evento que se registró el jueves pasado en la capital del estado. Y es que, en las instalaciones del PRI, vimos caminar al presidente de este instituto, Luis Enrique Benítez, acompañado de la presidenta del PAN, Verónica Pérez; hecho inimaginable en otros tiempos, o que por lo menos lo hubiéramos visto de forma pública, y no al amparo de la clandestinidad de los sabidos “acuerdos en lo oscurito”. Los dirigentes estuvieron acompañados de importantes liderazgos de ambos institutos políticos; entre los que se encontraban los precandidatos propuestos por el PAN al 01 y 04 federal Javier Castrellón y Gina Campuzano, también el virtual coordinador de campaña, José Antonio Ochoa, del tricolor estaba presente la secretaria general Katy Mercado, y el delegado Roberto Padilla, entre algunos más.

A pesar de lo antes expuesto, no fueron primero los panistas los que visitaron la sede de sus nuevos aliados, los antecedentes se habían observado días antes; precisamente en el registro de Gina Campuzano, quien llegó acompañada de uno de los liderazgos más importantes que tiene el PRI en la Laguna, Leticia Herrera Ale, a pesar de la sabida amistad entre estos personajes, tanto que; ante la mención de una a la otra efusivamente dicen ¡es mi hermana! ambas han sido respetuosas de su diferente militancia y nunca se había visto que una participara en alguna actividad política de la otra, sin embargo, ahora se trata de una alianza entre partidos, lo que representó la presencia de la priista fue un apretón de manos que se dio entre dos institutos otrora antagónicos.

En la misma vertiente se vio trabajar al virtual candidato por el primer Distrito federal, Javier Castrellón, el cual entendió con mucha anticipación que para poder ser candidato de la alianza “Va por Durango”, pero sobre todo un candidato con posibilidades de triunfo, debía tener más que el apoyo de su partido. Así pues, no fueron pocas las veces que se publicaron imágenes en redes sociales: donde se ve al exsecretario conversando con liderazgos del PRI y del PRD, no se necesitan dotes de adivino, para saber que exponía su proyecto y en el momento de las definiciones contar con la aceptación de los nuevos aliados, y en el proceso electoral recibir no solo el apoyo de sus correligionarios sino de igual forma de sus coligados.

Dicha alianza ha sido descalificada tanto por “priistas de hueso colorado” como por “panistas de rancio abolengo”, aunque no me queda claro si en realidad lo hacen por cuestión doctrinal o simplemente porque se quedaron sin una candidatura. Durante muchos años se habló del “PRIAN”, yo como la mayoría coincido en su condena, estas ilegítimas alianzas de facto, se trataban de traiciones, simulaciones, donde un partido postula un candidato débil para favorecer al candidato del adversario, y era frecuente ver la aberración que significa la maquinaria de un partido votando por otro, esto entre muchas triquiñuelas, ilegalidades e inmoralidades más.

“Va por México” y su símil “Va por Durango” dista mucho de replicar al “PRIAN”, en este caso se trata de una alianza legítima y formal, de frente a la ciudadanía; sin mezcla de ideologías o logotipos, los partidos deberán impulsar a los que consideren sus mejores candidatos y proponer más que descalificar. Pero también están obligados a ver a cada uno de los candidatos como propios, independientemente de que partido los haya postulado.

A pesar del morbo que despertó esta sui géneris coalición, esto no es lo definitorio del próximo proceso, el origen y objetivo de esta alianza es revocar la mayoría de la Cuarta Transformación (4T). Mayoría que no se debe olvidar, fue otorgada en las urnas, y en las urnas puede ser refrendada, ¿Qué propone la oposición para evitarlo?

Twitter: @EduardoOrtegaS