Por: Eduardo Ortega Solano

En mi automóvil, sin pretender descender de él sin un motivo poderoso, realicé un recorrido por el Centro Histórico de la ciudad y lo que visualizo: Es un escenario nada halagüeño, espero que esto no sea el preámbulo de lo que se podrá convertir en una escena dantesca. A pesar que la mitad de los pequeños comercios están cerrados, una parte importante continúa con una actividad casi normal, se observa un carrito de tacos con cinco comensales que parecen despreocupados; la instrucción que recibieron las instituciones bancarias de no tener más de 10 clientes en el interior de sus instalaciones, ha provocado que ahora permanezcan amontonados en la puerta; los cajeros automáticos generan largas filas como si nada estuviera pasando; continúa la feroz competencia entre dos importantes cadenas distribuidoras de telas, que al encontrarse una frente a la otra pelean con vistosos carteles la preferencia de los escasos clientes; la mayoría de los restaurantes que permanecen abiertos solo ofrecen “comida para llevar”, por eso me sorprendió de sobremanera observar que en los arcos del museo Francisco Villa continúa el funcionamiento de una cafetería, con la presencia de la tradicional reunión de “la mesa de septuagenarios” que siguen “componiendo el mundo sin importar tiempo o circunstancias”.

No se puede soslayar, qué para un grupo grande de personas, de su permanencia en las calles, depende la subsistencia diaria, propia, de su familia y de la misma sociedad. Sin embargo, la mayoría de las personas, familias enteras y grupos de amigos, que vi en la calle andaban haciendo “nada” desobedeciendo las instrucciones de #QuedateEnCasa, es una situación kafkiana “nos ponen a no hacer nada, y lo hacemos mal”.

Ahora no podemos culpar a alguno de los tres niveles de Gobierno de proporcionar información de forma tardía, las conferencias vespertinas del Gobierno federal y estatal nos dicen en forma y tiempo el avance de la pandemia y son más que incisivos en la insistencia de “Quedate En Casa” la campaña “Susana Distancia” tiene presencia, tanto en los medios tradicionales de comunicación, como en los digitales y hasta en los rústicos carteles y volantes, con lo que se evita que existan desinformados pero no imprudentes, ahora somos los ciudadanos los que no hemos estado a la altura de nuestros políticos y autoridades.

De forma personal y sin obligación alguna con respecto a su cargo, hemos visto al Alcalde y algunos regidores, hacer llegar apoyo a gente que lo necesita, esto a pesar de la crítica ruin de los “constructores de nada y críticos de todo” que pululan con sus intrigas en redes sociales. También el presidente de la Jucopo del Congreso Estatal Esteban Villegas, ha realizado una labor informativa interesante, entre otras cosas por su formación de galeno. Algunos legisladores están promoviendo ideas novedosas y acciones para sacar fuerza de flaqueza por ejemplo: El dirigente del Partido Verde, el duputado Gerardo Villareal propuso realizar un giro en las fábricas de uniformes escolares, convirtiéndolas en talleres de confección de material sanitario, con lo cual no sólo se cubriría el consumo local, adicional se conservarían empleos con la posibilidad de generar algunos nuevos. El diputado Antonio Ochoa promueve #accionessonamores, lo cual es un triple Play; por un lado promueve apoyo alimentario para adultos mayores, consumo del comercio local y apoyo a taxistas.

La manera de salvar la vida es no hacer nada… ¿Lograremos quedarnos en casa?

Twitter @eduardoortegas