Por: Eduardo Ortega Solano

Existe una clara efervescencia anti-AMLO, la cual se está dando de forma “casi natural” por parte de algunos partidos políticos opositores; como pudiera ser el PRI y el PAN, a esta corriente se sumó el PRD, un instituto ahora trasformado en una triste rémora azul, un ente incongruente entre su “supuesta ideología de izquierda” y su forma de actuar, a esta misma alianza se deberá sumar Movimiento Ciudadano, otro partido acomodaticio, de volátil ideología.

En los procesos  electorales del 2006 como del 2012, tanto el Partido Naranja, como el del Sol Azteca, llevaron de candidato a Lopez Obrador, obteniendo como beneficio una mayor votación para su marca, el natural incremento en  prerrogativas y huestes, además de legisladores en ambas cámaras, ente algunas preeminencias más, ¿Cuando cambiaron su discurso respecto a Andrés Manuel López Obrador, dejando de ser prócer de la patria para convertirse en dictador? ¿No sería en el momento que el mismo tabasqueño, sabedor de sus incongruencias los dejó fuera de su proyecto?

El antagonismo entre el PRI y el PAN son: De origen, de historia y de principios, sin embargo es válido que los opositores se unan, si es para inhibir a un autócrata, aunque de ninguna forma sugiero que este sea el caso de López Obrador, ya que el 54 por ciento de los que votaron en el 2018,  apoyaron el proyecto de la Cuarta Transformación. La autoridad del Presidente emana de un claro mandato del pueblo en las urnas, no de su autoridad personal. Es un derecho y una obligación de la oposición, presentar en la palestra mediática, propuestas que les den adeptos que generen votos y de esta forma, lograr los equilibrios que necesita nuestra democracia.

Mucho se ha hablado de las alianzas de facto, que se asegura, han sido ejercidas en innumerables ocasiones por el PRIAN. Los doctrinarios de ambos institutos políticos, rechazan la posibilidad de una alianza formal, Pero ¿No será esto producto de un doble discurso? Tan solo… tirar la piedra y esconder la mano.

Por otro lado y con una actitud “rabiosa”, se ven tras bambalinas de grupos opositores formados de forma artificial, a empresarios que no pagaban impuestos, y este año han tenido que restar a sus utilidades alrededor de cien mil millones de pesos, en esta lista aparecen grandes empresas como Walmart, BBVA, Grupo Modelo, Minera Fresnillo, entre otras.

Se asegura que José Antonio Fernández Carbajal presidente de Fomento Económico Mexicano (Femsa)dijo “Le pagamos al SAT, ocho mil 790 millones de pesos, pero voy a poner el doble para sacar a Andrés Manuel en 2022″. La empresa Kimberly-Clark, durante el sexenio de EPN dejó de pagar 44 millones de pesos de impuestos que le fueron condonados, es lógico que la política del nuevo Gobierno federal, no guste a Claudio X González, propietario de esta empresa y presidente de la A.C. “Mexicanos Contra la Corrupción”.

La primera cara visible de FRENAA, fue el empresario accionista de Soriana, Pedro Luis Martín Briagas, quien se presentó como líder de este grupo, con el tiempo la voz cantante la adoptó Gilberto Lozano, el mismo que solicitó al ejército un golpe de estado contra López Obrador.

Recientemente surgió “Sí por México”, que Lopez Obrador bautizó como “FRENAA 2” y por un supuesto pacto con partidos políticos de oposición, pretenden obtener la mayoría parlamentaria en el 2021, pero al estar auspiciados por organizaciones religiosas, antiabortistas y empresariales no es muy claro su objetivo real. Son liderados, entre otros, por Gustavo de Hoyos, Claudio X González y la periodista Beatriz Pagés.

Tanto el PRI como el PAN, deberán ser muy cuidadosos de alianzas y coqueteos con supuestas organizaciones ciudadanas, que en realidad son madrigueras  de empresarios corruptos, que ahora están molestos e indignados por la pérdida de ilegítimas prebendas.

La Alianza PRIAN, sería mejor vista que la que pueden realizar con grupúsculos de dudosa reputación

Twitter: @eduardoortegas