Por: Eduardo Ortega Solano

En el proceso electoral pasado, se eligieron 15 gobernadores, los 17 estados restantes, harán lo propio dentro de los próximos tres años. Seis en el 2022, dos en el 2023, y nueve en el 2024. Los cinco estados donde tendremos elecciones el próximo año, además de Durango, gobernado actualmente por el PAN son: Oaxaca (PRI), Tamaulipas (PAN), Hidalgo (PRI), Aguascalientes (PAN) y Quintana Roo (PRD). Coinciden las tempranas encuestas, que “hoy por hoy” el PAN puede conservar sus dos bastiones, y Morena logrará imponerse en los cuatro estados restantes.

Es cierto que Durango es un bastión del PAN y también que en el 2019 y 2021 lograron refrendar importantes triunfos, pero no pueden obviar o minimizar el hecho que en el proceso pasado; Morena y sus aliados ganaron 12 de las 15 gobernaturas, de las cuales en 11 no eran Gobierno. El PAN y sus coligados del PRI y PRD deberán construir una alianza sin fobias, pero tampoco que las filias los hagan ver perfiles ganadores donde no existen. La coalición “Va por Durango” fue un éxito ya que lograron su cometido; quitar el control del congreso del estado a las huestes de la Cuarta Transformación, (4T), pero ese triunfo no hubiera sido posible en un entorno fuera de la alianza. Morena se constituyó como primera fuerza política en el estado, mandando al partido en el Gobierno a un tercer lugar, es indisputable que, de no constituirse la alianza, las posibilidades de triunfo del PRI/PAN/PRD se reducen de una forma exponencial. Pero para ganar, no solo deben de ir aliados, necesitan ver al candidato como propio, esto independientemente del partido del cual emane. Ahora no podrían ir solos, tanto PRI como PAN tienen argumentos suficientes para poner al candidato, pero el único argumento válido es: ¡quién tiene el perfil con más posibilidades de triunfar!

Existen entidades federativas donde Morena ganaría con cualquier candidato, como quedó demostrado en Guerrero y Michoacán; en Durango no sería el caso, el membrete no pesa tanto, pero no se puede decir que la caballada esté flaca, vemos aspirantes con un peso propio que aportan a la marca. Si la candidatura es para mujer, Marina Vitela, es la natural en la búsqueda a la gobernatura, gano en el 2019 el municipio más importante de Durango en la Laguna, y en el 2021 las huestes morenistas refrendaron su triunfo, es innegable su delantera, pero no se puede descartar a Margarita Valdez y a Maribel Aguilera, de quien se asegura que una parte importante de su reciente triunfo es gracias al PV con quien fueron en alianza en el ámbito federal, a partir de esos resultados sería muy difícil que hoy no construyeran una alianza local.

Si la candidatura corresponde a un hombre, José Ramón Enríquez es el puntero, su relación con AMLO data del 2006, donde lo apoyó en la candidatura presidencial, al igual que en el 2012, su capital político es importante, tal como lo ha demostrado en las urnas en algunos procesos electorales, es el único aspirante visible que pertenece a Morena. Aunque no se puede dejar fuera al mítico Gonzalo Yáñez o a Manuel Espino.

El que se equivoqué pierde.

Twitter: @EduardoOrtegaS