Por: Eduardo Ortega Solano

A toro pasado, se facilita encontrar los aciertos o yerros que repercutieron en la creación de la situación política que hoy vivimos. Pero resulta mucho más complicado, vislumbrar lo que puede llegar a pasar como resultado de las decisiones que se toman en el presente, esto con relación a su trascendencia en el futuro. Los que deciden no cuentan con conocimientos de: hidromancia, tarot, runas, astrología, o por lo menos una “bola de cristal” que los ayude a decantarse por la opción más conveniente. La única herramienta con que cuentan los institutos políticos, son las encuestas; y estas sirven para continuar o dar algún viraje en las estrategias de campaña, y en la selección de candidatos, es frecuente escuchar: “El candidato será, quien resulte mejor posicionado en las encuestas”.

El desprestigio que ha sufrido este dispositivo estadístico, se debe al uso incorrecto y tramposo que se le ha dado, ya que ha servido para tratar de crear una percepción positiva o negativa de la aceptación de los gobernantes o de los políticos en campaña, tanto así, que se ha acuñado la frase “el que paga las encuestas… es el que las gana”. Y no se puede dudar, que existan ilusos que les gusta que “les endulcen el oído” con la vana quimera, que motiva la fantasía que esto pudiera cambiar su realidad. Sin embargo, los partidos conocen su valor estadístico y saben que una encuesta realizada por profesionales, con la metodología y el universo adecuado tiene un ínfimo margen de error, aunque tampoco se debe olvidar que una encuesta es “una fotografía del momento” ya que cualquier evento, para bien o mal puede modificar la aceptación previa, reflejada en el ejercicio.

Pero para ganar las encuestas, es preciso realizar un trabajo previo, tanto de conocimiento como de presentar resultados; por ejemplo, Javier Castrellón, virtual abanderado del Distrito 01 federal, otrora secretario de Seguridad Pública, puso a consideración su trayectoria de más de 25 años en el ámbito de seguridad, lo que lo ha hecho ampliamente conocido, esto sin omitir que fue el creador de el “Programa Zafiro”, el cual estuvo enfocado a la resolución de problemáticas en la familia; el primer sondeo evidenció que gozaba de alta preferencia, lo que motivó a los otros aspirantes a sumarse a su proyecto dando como resultado un candidato muy sólido. En el Distrito 04 federal se vivió otra historia, ninguna aspirante declinó por nadie, se encuestaron a cuatro panistas de cepa: Claudia Hernández, Patricia Flórez, Patricia Jiménez, y Gina Campuzano, siendo esta última la favorecida con los resultados, además con números muy contundentes, ahora deberá tocar a las aspirantes vencidas mostrar su talante demócrata, al sumarse al proyecto vencedor.

Es muy probable que cuando aparezca esta columna, existan definiciones respecto a los siete abanderados que corresponden a las diputaciones locales del PAN, ya que fue convocada la Comisión Permanente Estatal por este motivo, y todo indica que no será tan terso como fueron las asignaciones federales. Lo primero es que la epístola que circuló con la convocatoria, fue firmada por José Luis Rocha; Secretario General con funciones de Presidente, esto confirmó lo que ya se rumoraba, que Verónica Pérez había dejado su investidura de “jefa estatal” para auto asignarse el primer lugar en la lista plurinominal, esto ha provocado el enojo de muchos de sus correligionarios que han calificado esto como “romper acuerdos”. Un reconocido liderazgo me afirma, que en su nombramiento se había comprometido a no buscar un puesto de elección, que provocará brazos caídos en la militancia, y que es buscar administrar la derrota, además que esa posición correspondía al segundo lugar en las encuestas del quinto distrito. Sin embargo, otras voces están de acuerdo, lo ven como un reconocimiento a su liderazgo y aseguran que les corresponde por derecho propio a los jefes estales.

Si no se desoyeron las encuestas, en los distritos capitalinos uno y cinco los candidatos serán Alejandro Mojica y Minka Hernández

Twitter: EduardoOrtegaS