APUNTES… Con el COVID-19, realidad irreversible
Por: Guillermo Fabela Quiñones
El saldo de la pandemia de COVID-19, una vez que pasó la semana de mayor riesgo, debido a las festividades religiosas, se elevó en nuestro país a cuatro mil 661 casos positivos y 296 fallecimientos, muy lejos de las cifras que presentan las naciones más afectadas: Estados Unidos, con más de 21 mil, Italia con 20 mil, España con 17 mil y Francia con 14 mil, y contando nuevos casos todos los días.
No es para festinar, desde luego, sino para tener una idea de lo que pudo haber ocurrido de seguir en el poder el PRIAN, no “la multiplicación de los panes” según el Evangelio, sino una situación caótica por la irresponsabilidad de gobiernos sólo atentos a las ganancias del sector empresarial.
Aunque como sucedió en la mayor parte de países occidentales, el régimen de la Cuarta Transformación pretendió minimizar la pandemia, la realidad acabó imponiéndose y a querer o no, se tuvo que aceptar su gravedad. El diario The New York Times informó el domingo, que Donald Trump fue advertido, desde febrero, por un grupo de expertos epidemiólogos encabezado por Anthony Fauci, que debía tomar medidas de emergencia por la importancia del nuevo Coronavirus. No lo hizo y ahora la ciudad más rica del mundo, Nueva York, “excava fosas para entierros masivos de los pobres”, como puntualiza Heinz Dieterich.
Al igual que está sucediendo en Ecuador, país cuya cúpula oligárquica decidió poner fin a un régimen democrático y el títere que impuso la CasaBlanca fue totalmente rebasado por inepto y corrupto, Nueva York parece regresar al siglo XIX, cuando era una urbe en continua expansión que recibía a miles de inmigrantes de países europeos, muchos de los cuales morían en las calles por falta de servicios públicos. La paradoja más cruel y emblemática del neoliberalismo que será recordada históricamente. Ahora Estados Unidos sufre por falta de lo esencial, como respiradores, camas de hospital, implementos sanitarios básicos, etcétera.
En cambio, como apunta Dieterich en un muy bien documentado artículo, en China se contuvo la pandemia con un saldo de tres mil 340 decesos, a pesar de haber desestimado inicialmente, la advertencia que desde el 30 de diciembre del año pasado, hizo el médico mártir, Li Wenliang, quien detectó el virus en Wuhan, del peligro que representaba la nueva cepa de Coronavirus. Este error se corrigió y se tomaron medidas sin escatimar gastos ni medir consecuencias políticas, que quiso aprovechar Trump, infructuosamente, por los resultados obtenidos.
Los gobiernos imperialistas de occidente, “son simples agencias de outsourcing político del gran capital que domina todas las facetas de la sociedad global”, afirma Dieterich. El régimen de la Cuarta Transformación no escapa a estas presiones, como lo vemos todos los días, situación que busca aprovechar la camarilla ultra reaccionaria.
Llega a tal grado su arrogancia que, como dijo uno de sus más feroces voceros, “desde López Obrador, hasta el más humilde burócrata, son nuestros empleados”.
Lo quieren demostrar, como lo hacían en el pasado, exigiendo prebendas y privilegios como “amos” que son de la alta burocracia. Tamaña soberbia los desenmascaró; ahora, el presidente López Obrador está obligado a demostrar lo contrario. Quedó claro que quien quiere dividir al país son ellos, la élite ultra conservadora, no un régimen socialdemócrata que incluso, se ha pasado de moderado. Este necesario reacomodo de fuerzas, será benéfico para todos, pues los verdaderos dirigentes del empresariado tendrán que aceptar que viven en una realidad irreversible.
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