Por: Guillermo Fabela

Como la ultraderecha criolla demostró su impotencia para consumar sus planes golpistas, entró al quite nada menos que el principal diario conservador global, el Financial Times, la “biblia” de los neoliberales en el mundo. Publicó recientemente un editorial que puede interpretarse de la única manera posible: La intromisión del capitalismo financiero de corte imperialista en los asuntos políticos de nuestro país, cuyo título no deja duda alguna: “La tragedia presidencial mexicana en curso”.

El móvil nada oculto del editorial mencionado es muy preocupante, sobre todo en las actuales circunstancias: Incitar a las corrientes neofascistas de México a organizarse para no permitir que el presidente López Obrador prosiga su tarea democratizadora. Como si esperaran dicho apoyo externo, de inmediato las organizaciones viejas y nuevas, cuya finalidad es derrocar al mandatario, arreciaron sus andanadas golpistas.

Lo curioso es que una semana antes, dicho diario había publicado una información favorable al Mandatario por el acuerdo al que llegó México en la reunión de la OPEP. Este cambio en la línea editorial deja ver que los altos mandos del puñado de titiriteros del mundo, entre los que sobresale la familia Rothschild y el Grupo Bilderberg, se enojaron tanto al notar la incapacidad de la ultraderecha mexicana, que decidieron cambiar de táctica.

El lado “positivo” del asunto es que el diario londinense desenmascaró a la cúpula oligárquica mexicana. Por si algún ingenuo dudara de que su único interés es regresar al país a la etapa del PRIAN, cuando la venta de las riquezas nacionales era lo natural, así como la corrupción a escala mayúscula, con esta intromisión contraria al derecho internacional quedó más que patente el verdadero móvil de su guerra contra la Cuarta Transformación.

No sólo quieren quitar al Ejecutivo con más autoridad moral en la historia moderna de México, sino liquidar desde sus raíces un proyecto de nación orientado a fortalecer el Estado de derecho. Objetivo tan básico no es aceptable para la reacción criolla, pues no admiten que haya un Presidente que use las atribuciones que le otorga la Constitución, quieren un “general manager” que obedezca fielmente sus instrucciones, como en el periodo neoliberal.

Para demostrar que los conservadores no tienen más interés que retomar en sus manos el rumbo del país, en su exclusivo beneficio, el presidente López Obrador les quiso “ayudar”, al anunciar su disposición a enviar de inmediato una iniciativa para adelantar la consulta sobre revocación de mandato, a fin de empatarla con las elecciones intermedias del próximo año. El rechazo a dicha propuesta no se hizo esperar, por parte de la oposición y de la fracción de Morena dedicada a poner obstáculos al Mandatario.

Por otro lado, los gobernadores de Nuevo León, Jalisco, Coahuila y Tamaulipas, pretenden chantajear al Gobierno federal con la amenaza de que si se rechaza su propuesta de apoyo fiscal por la emergencia, “abandonarían el pacto federal”. Tal actitud es demostrativa de un oportunismo político cuyo propósito es contar con recursos que permitan ocultar las deudas multimillonarias que tienen dichos estados.

La “tragedia” a que hace mención el longevo diario británico, la están provocando los reaccionarios ultraconservadores que se oponen a que México tenga un rumbo propio, una democracia participativa con posibilidad de reconstruir el tejido social. Ni siquiera esto es aceptable. De ahí el imperativo de poner en marcha una estrategia defensiva que haga desistir de sus empeños golpistas a las cúpulas criollas aliadas a intereses extranjeros. No hay otra salida.

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