Apuntes para el bicentenario: las cabezas de los héroes de la Independencia permanecieron 10 años colgadas
09/04/2021 - Hace 4 años en MéxicoApuntes para el bicentenario: las cabezas de los héroes de la Independencia permanecieron 10 años colgadas
Por: Gilberto Jiménez Carrillo
El 26 de junio de 1811, después de más de tres meses de suplicio, fueron pasados por las armas los héroes de la Independencia Ignacio Allende, Juan Aldama, Mariano Jiménez y Manuel Santamaría. Un mes y unos días más tarde, Hidalgo correría la misma suerte. Las cabezas de Hidalgo, Allende, Aldama y Jiménez fueron transportadas a Zacatecas, Lagos, y León. Finalmente, el 11 de octubre de 1811 llegaron a Guanajuato; se colocaron dentro de jaulas de hierro, y estas fueron colgadas en las cuatro esquinas de la Alhóndiga de Granaditas. Ahí estuvieron durante diez años.
La historia registra que las cabezas decapitadas de Hidalgo, Aldama, Allende y Jiménez, principales jefes del movimiento de independencia que fueron ejecutados en 1811 en la antigua villa de San Felipe, ahora ciudad de Chihuahua, fueron trasladadas para su exhibición pública a la Alhóndiga de Granaditas, en la ciudad de Guanajuato, acto que se propuso como escarmiento para el resto de los insurgentes. Las cabezas de Hidalgo, Aldama, Allende y Mariano desfilaron por toda la ciudad en 1811, posteriormente fueron colocadas en jaulas para exponerlas y crear miedo entre los integrantes del ejército insurgente.
Las cabezas fueron instaladas el 14 de octubre de 1811 en la Alhóndiga de Granaditas, una por cada esquina del lugar y permanecieron ahí hasta marzo de 1821. Los cuatro principales caudillos insurgentes, en un acto de un castigo o de un susto ejemplar a la sociedad, las autoridades virreinales decidieron cortarles la cabeza y que esas cabezas tenían que ser transitadas por todos los puntos por donde habían pasado todos estos cabecillas de la libertad. Después del desfile, las cabezas fueron colgadas en ganchos en las cuatro esquinas del ahora Museo Alhóndiga de Granaditas, señal que fue humillante para los ciudadanos de aquella época, pues sus héroes habían sido expuestos.
En la actualidad los ganchos que sostenían las cabezas, siguen estando en el edificio, de manera auténtica y forman parte del testimonio de la lucha por la Independencia en 1810. Del 14 de octubre de 1811 a marzo de 1821 las cabezas se quedaron colgadas en la Alhóndiga, no fue hasta que se declaró la consumación de la Independencia cuando las cabezas fueron colocadas en el panteón de San Sebastián en Guanajuato capital.
Las cabezas, lentamente descarnadas durante diez años, fueron retiradas en marzo de 1821, al ser consumada la independencia. En septiembre de 1823, cabezas y cuerpos de los primeros insurgentes, y los de otros caudillos rebeldes independentistas, fueron llevados a la Catedral Metropolitana de la Ciudad. Finalmente, en 1925 fueron trasladados a la Columna de la Independencia, donde reposan actualmente. Pero hubo otros insurgentes más que fueron aprehendidos igualmente en Acatita de Baján, Coahuila, y traídos a Chihuahua para ser ajusticiados. Entre ellos Mariano Hidalgo, Ignacio Camargo, Francisco Lanzagorta, José María Chico y Onofre Portugal. Y ¿Qué sucedió con sus cuerpos? Pues siguen en Chihuahua, enterrados y en el olvido.
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