APUNTES… Saldremos del túnel, ¿Para entrar a dónde?
12/01/2021 - Hace 4 años en MéxicoAPUNTES… Saldremos del túnel, ¿Para entrar a dónde?
Por: Guillermo Fabela Quiñones
El impactante incendio del sábado en la madrugada en la subestación eléctrica del Metro capitalino, dio el tono de dramatismo que hacía falta para activar el pesimismo que priva en la sociedad mexicana al comenzar este año. Al momento de escribir estas líneas aún no se había precisado la fecha de reanudación del servicio en las seis líneas afectadas, aunque ya se informó que será paulatinamente. En lo que tampoco hay certidumbre, ni la habrá en los meses que restan al mes de junio, es en la normalización de la vida económica del país, situación que afectará dramáticamente las actividades políticas y sociales.
En lo que si hay plena certeza, es en el hecho de que las clases mayoritarias se verán aún más dañadas en sus niveles de vida, mientras que los beneficiarios del colapso económico, derivado de la pandemia, incrementarán sus ganancias, aquí y en el extranjero. En el segundo semestre del año empezaremos a vislumbrar el camino hacia la salida de un túnel muy negro que no se distinguirá del gris que se verá al salir. Esta será la nueva normalidad, a la cual tendremos que acostumbrarnos so pena de caer en una situación catastrofista que sólo podría ser mitigada con medidas radicales.
Ahora se verán las consecuencias del mal manejo de la pandemia en sus inicios, cuando lo razonable era haber puesto en práctica acciones drásticas en consonancia con la gravedad del problema que se avecinaba. Se minimizó en sus alcances y peligrosidad, no se le habló con la verdad al pueblo, tampoco se actuó con el ejemplo como era vital en la “guerra” que estaba por venir, ahora la situación es mucho más complicada y demandará hechos concretos, no demagogia con base en estadísticas irresponsables.
“Compra la verdad, y no la vendas”, dice Salomón (Proverbios 23-23); sin embargo, esta enseñanza no la practica el presidente López Obrador como ha quedado demostrado en el primer tercio de su mandato. Todo el tiempo se ha distinguido por minimizar los problemas del país, como era lo normal en el régimen oligárquico posrevolucionario. En su caso esto es más censurable porque uno de sus principios es “no mentir al pueblo”. Lo ha hecho de manera notoria en el caso del COVID-19, con implicaciones socioeconómicas profundas.
Pero lo más grave para el país es seguir insistiendo que “vamos saliendo”, cuando la realidad lo desmiente todos los días. Es cierto que se han dado golpes espectaculares a la corrupción, como hace un año cuando se dio a conocer la lucha contra el robo de gasolinas, el llamado “huachicol”. Pero las causas profundas del flagelo siguen enterradas, como se advierte en su relación con personajes como Ricardo Salinas Pliego, Germán Larrea y otros de esa laya que se comportan como barones de la Edad Media.
En la mañanera del lunes 11 afirmó: “La corrupción es peor que todas esas pandemias, por eso hay que tener la vacuna del COVID-19, pero también terminar la fase III de la vacuna contra la corrupción”. Y para distraer saca de la chistera actos de magia que no vienen al caso, como la carta que envió al Rey de España el 19 de marzo de 2019, en la que le pidió una disculpa por los agravios a los pueblos originarios en la Conquista, ocurrida hace cinco siglos.
Es evidente que sigue confiando en que el pueblo continúa esperanzado en que cumplirá sus promesas de campaña. Sin embargo, conforme a la realidad histórica, es un hecho que “no se puede mentir al pueblo todo el tiempo”. México no está bien, lo dejaron muy mal los tecnócratas; con todo, no se vislumbra nada serio que se esté realizando para revertir esta dramática realidad. Esto se podría confirmar después de los comicios del 6 de junio próximo, cuando Morena demuestre que perdió la oportunidad de convertirse en el partido del cambio verdadero.
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