Por:  Guillermo Fabela Quiñones

Mientras no se valore la trascendencia de la salud en el desarrollo, será muy cuesta arriba un avance sustantivo del país. Vale hacer tal afirmación porque el titular de la Secretaría de Salud, Jorge Alcocer, no conoce en su bagaje profesional de investigador del Instituto Nacional de Nutrición, el imperativo de conducir tan importante dependencia con un sentido social, como lo advierten sus declaraciones, que lo caracterizan como un tecnócrata ajeno a las necesidades del ciudadano común.

Son constantes sus afirmaciones que así lo patentizan, pero lo que provocó estupor y enojo de la población fue su señalamiento de que por falta de medicamentos para atender cáncer, “no hay riesgo de que los menores mueran… si no se da una dosis puede esperarse unos días, no hay ninguna urgencia”. Obviamente, miles de padres de familia que tienen la desgracia de que sus niños padezcan tan terrible enfermedad, se alarmaron y se provocó, como era natural, un desconcierto que no cesa.

No puede parar, por supuesto, debido a que el titular de la Secretaría de Salud minimizó el problema y no consideró que debía enfrentarlo con sentido humano y plena demostración de que se habrá de atender. Dijo que el medicamento faltante en el sector “es secundario. Respeto la decisión de los familiares, de los mismos pacientes por la angustia, la tensión, pero esto se resolvió rápidamente… afortunadamente no pasó a mayores”.

Quien salió al quite fue la directora del Hospital Infantil de México “Federico Gómez Pombo”, Mónica Villa, informó que el sector salud está afectado por la falta de medicamentos para atender eficazmente enfermedades graves. “El Instituto de Pediatría no tiene, el de Cancerología tampoco, es una situación a nivel nacional. Sobre el préstamo (de medicamentos que hace el IMSS) nos resuelve no más de una semana de tratamientos”.

La enorme responsabilidad que tiene el Secretario de Salud lo obliga, como señalan diversos especialistas, a exigir a las instancias superiores que se cumpla el objetivo prioritario de resolver el desabasto de medicamentos que viene de tiempo atrás. La salud de los ciudadanos es una prioridad insoslayable, porque un pueblo sin salud no tiene futuro, como sucede en los países africanos subsaharianos. La prevención de la salud es una inversión, no un gasto superfluo como lo consideraron los tecnócratas en los pasados seis sexenios.

Esta terrible situación de desabasto debe ser superada cuanto antes, porque sus repercusiones no sólo son sociales sino también políticas: Le pega directamente al proyecto de construir la «cuarta transformación». En la Secretaría de Salud deben estar médicos con sentido humano, con vocación de servicio; es mucho lo que está en juego sin un liderazgo en el sector que pueda enfrentar, con firmeza y pleno conocimiento de la realidad, lo que actualmente acontece en el país en esta materia vital para el futuro de los mexicanos.

No se comprende por qué permanece en esta dependencia un médico sin vocación de servicio, excelente como investigador pero que desconoce a fondo la práctica social de la medicina. Al frente debería estar un equipo comprometido con mejorar la salud del pueblo, como hay muchos. El propio Mandatario los conoce, a su alcance tiene uno que lo ha atendido por varios años y que ha demostrado su calidad humana. Pero en fin…

[email protected]

Twitter: @VivaVilla_23