APUNTES… Vicente Silva: Ejemplo de ética y principios
22/09/2019 - Hace 5 años en MéxicoAPUNTES… Vicente Silva: Ejemplo de ética y principios
Por: Guillermo Fabela Quiñones
Después de larga lucha contra una enfermedad terminal, murió Vicente Silva Lombardo, hombre de profundas convicciones y ética que puso al servicio de México desde su trinchera, la comunicación y la cultura. Hijo del eminente pintor Federico Silva y de la maestra Adriana Lombardo. Nieto predilecto de su abuelo, Vicente Lombardo Toledano, creció literalmente a su lado, aprendiendo de él su pasión por un país que se transformaba con serias contradicciones. Vicente aprendió de su abuelo su capacidad analítica, su rigor científico, su firmeza en la defensa de sus ideas progresistas.
Desde niño estuvo ligado a Durango, pues cada año acompañaba a su abuelo, quien era invitado del empresario maderero Fermín Núñez para recorrer la sierra que tanto le gustó siempre al eminente miembro del grupo conocido como “Los Siete Sabios”, cuyos restos reposan en la Rotonda de las Personas Ilustres. Vicente conservó toda su vida álbumes de fotografías de su abuelo en plena serranía duranguense, con don Fermín y campesinos que los acompañaban en sus recorridos.
Lo conocí el año 1977, cuando se desempeñaba como director de la productora estatal Conacite I, en la cual dejó su huella con películas como “Mina, viento de libertad”, entre muchas otras que por falta de espacio es imposible mencionar. Ambos firmamos el acta constitutiva del Centro de Estudios Cinematográficos (CEC), junto con los representantes de todas las empresas del sector cinematográfico estatal. Yo asistí con la representación del entonces director de la Compañía Operadora de Teatros (COTSA).
Eran los tiempos en que la industria del cine se dirigía prácticamente desde Los Pinos, por conducto de la Dirección General de Cinematografía y del Banco Cinematográfico. Pero en ese sexenio, el de José López Portillo, las verdaderas directrices surgían de la hermana del mandatario, Margarita López Portillo. No tardamos ambos en renunciar.
Esa experiencia le sirvió a Vicente para fundar una empresa que fue paradigma de creatividad y eficaz labor profesional, en beneficio del cine y la comunicación televisiva: Arte y Difusión. Gracias a esta empresa, los caprichos de la hermana del presidente López Portillo fueron paliados al encontrar, gente profesional de la industria, directores que en el sexenio anterior desarrollaron sin cortapisas su creatividad, las vías idóneas para continuar su trabajo, aunque con las dificultades propias de una empresa sin subsidios y cuya mejor carta era el respeto irrestricto a la libertad de expresión.
Merced al tesón de Vicente, Arte y Difusión logró sobrevivir a la crisis y superarla con un trabajo que renovó el campo adocenado de la publicidad y la propaganda política. Pero faltaba lo peor: el arribo de la mafia tecnocrática a Los Pinos. La tecnocracia en el poder demostró su rechazo a una empresa progresista, democrática, solvente y con ideas renovadoras.
El rompimiento fue definitivo cuando en la campaña presidencial de 1988, Vicente aceptó poner a la empresa al servicio de la campaña del candidato opositor: Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. Ya como presidente, Carlos Salinas de Gortari le pasó la factura. Lo acusó, junto a su principal colaborador y responsable administrativo de Arte y Difusión, Guillermo Lezama, de delitos que jamás podían ser probados jurídicamente.
Vicente permaneció en el exilio más de dos años y Guillermo un año literalmente a salto de mata en México. Arte y Difusión cerró sus puertas y ambos perdieron la mayor parte de su patrimonio.
Twitter: @VivaVilla_23