Por: Gilberto Jiménez Carrillo

Con el fin de promover y difundir el acontecer de lo que sucedió en la más demandante y enigmática competencia de velocidad en el orbe entero, este miércoles 16 de octubre se presentará el libro titulado“ Así fue la Carrera Panamericana 1950–1954” que, como su nombre lo dice, en forma de narrativa y bien documentada además de plasmada con cientos de fotografías en sus 456 páginas, su autor el leonés José Alfredo Hernández Padilla, poliglota, trotamundos, reconocido apasionado del mundo de la velocidad y el glamour de las carreras, nos lleva a través del México mágico de los años cincuenta a recorrer cada etapa de las cinco versiones de la vibrante justa donde se rememora a pilotos de la talla de Fangio, Bonetto, Taruffi, Hill, Crawford, McGriff, Faulkner, Solana, Estrada Menocal, Gálvez, Mieres, etc. y las grandes hazañas que lograban al volante de marcas participantes: Osca, Lancia, Ferrari, Talbot, Gordini, Jaguar, Ford, Chevrolet, Chrysler, Lincoln, etc.. El libro narra de forma amena sobre esta singular competencia que en sus días fue la más rápida y más larga y probablemente la  más salvaje  competencia de velocidad que se organizó jamás. Un acontecimiento del Campeonato del mundo que se corría junto con le Mans, la Mille Migle, Nurburgring y la Tourist Trophy. La mayoría de los conductores lo consideraron la mejor y más demandante carrera a la que asistieron. De 1950 a 1954, en sus cinco ediciones fue presenciada por millones de espectadores que se ponían a lo largo de los más de 3,000 kilómetros de recorrido del que se componía la justa anual para ver pasar a sus ídolos, se corría por desiertos y montañas, selvas exuberantes, pasaba por pueblos mágicos, ciudades medianas, una gran capital llamada ciudad de México, bajíos, planicies, largas rectas e inmensurable desierto y desde luego la ciudad de Durango. Hubo algunos sitios donde los autos más rápidos podrían alcanzar más de 290 kph. La Carrera Panamericana, influyó en la ingeniería automotriz de todo el mundo, especialmente en Michigan, Stuttgart  y Módena, además de Milano. La Ferrari diseñó y denominó un modelo específicamente para la carrera. Lincoln surgió como un sedán de gran rendimiento y Porsche  nombró Carrera a uno de sus autos en honor a su victoria en esta justa. La Carrera Panamericana fue tan poco convencional y fascinante  que sólo ella pudo tener la atención del mundo entero toda una semana cada año de los que existió, fue uno del últimos grandes  acontecimientos de competencias de velocidad  abierta en carretera y la primera en que los autos europeos y norteamericanos pudieron ser comparados, influyó también en las competencias futuras de los Estados Unidos y el resto del mundo, duró tan poco pero el recuerdo de aquellos gloriosos días aún persiste y durará por siempre. En la edición 2019 la meta de la carrera es Durango, el jueves 17 de octubre los duranguenses de las generaciones pasadas y las actuales serán testigos de la llegada de un evento de tradición y alcance nacional. Enorme esfuerzo realizan la Secretaria de Turismo y la Dirección de turismo municipal para hacer posible que la Panamericana siga tocando suelo duranguense y que mejor que ir calentando motores un día antes en la presentación de un libro que nos recuerda las grandes hazañas vividas por esos gigantes del automovilismo…..una historia en la cual nuestra ciudad capital es parte fundamental. No se lo pierdan museo Francisco Villa miércoles 16 de octubre seis y media de la tarde entrada gratuita.