Por: Gilberto Jiménez Carrillo

Las campañas electorales son esfuerzos competitivos hechos por los candidatos y los partidos políticos para ganar el apoyo de los electores en el periodo que precede a una elección. Después de las elecciones federales del pasado 6 de junio, los diferentes partidos políticos de la entidad, han comenzado a posicionar a sus aspirantes a través de las clásicas encuestas pensando desde ahora en las elecciones para gobernador en el 2022.

Con respecto de Acción Nacional, cuando comenzaron las primeras mediciones, Javier Castrellón aparecía en cuarto o quinto lugar. Sin hacer mucho ruido, sin derrochar recursos, sin alardear ni hacer promesas vanas, en tan solo poco más de dos meses, el próximo diputado federal ya le pisa los talones al que puntea las preferencias en el partido fundado por el nacido en Batopilas.

Si nos atenemos a la máxima popular de «caballo que alcanza gana», entonces podemos decir que Castrellón Garza es un serio aspirante a la candidatura, pues la diferencia entre él y los supuestamente punteros es pírrica. “Caballo que alcanza, gana” dice el popular refrán mexicano. Esto obedece a una lógica simple: el que viene de atrás requiere alcanzar una mayor velocidad que el que va adelante, para ponerse a su altura y, con esa gran velocidad adquirida pues rebasa y gana.

¿Sencillo, no? Hablar de la perseverancia es hablar de una de las virtudes que se van cosechando en el día a día, se debe trabajar en la firmeza, que nos hará resistir y continuar hacia nuestras metas para lograr objetivos en nuestra vida y en todos los ámbitos que nos rodean.

Es importante mantener el paso firme sobre una meta sin perder el objetivo que nos lleve a un logro relacionado con el bien común. Justo así ha transcurrido el camino recorrido por Castrellón Garza y es que el estilo y personalidad de los individuos y sobre todo el de los políticos, influye significativamente en el comportamiento, percepción y ánimo de la comunidad. Los políticos que tienen posibilidades de ganar una contienda electoral mediante sus propios esfuerzos y autopromoción de imagen, tienden a comportarse de manera más independiente. Javier Castrellón se ve sobrado, fresco, los electores lo ven como un típico duranguense de clase media que ha salido adelante con esfuerzo y dedicación. El ya casi diputado federal, es de los disfrutan lo que hace, de los que hablan de frente y en el mismo idioma de los demás, es decir con franqueza y honestidad. No tiene necesidad de poses falsas o inventadas, quienes lo conocen, afirman que los cargos públicos que ha desempeñado no lo han mareado, por el contrario, su vocación de servicio se ha reafirmado.

Eso lo notan y los perciben los duranguenses, por ese motivo es que diariamente aumenta el número de simpatizantes a su candidatura. A diferencia de sus compañeros de partido que aspiran a al cargo de gobernador, el discurso, mensaje y su comportamiento es diferente. Las aspiraciones políticas son procesos que se armonizan y transforman enfocados en un único objetivo: Ganar. El estupendo trabajo que Javier Castrellón  realizó  como candidato a diputado federal, sin duda ha contribuido al posicionamiento que lo mantiene  en el gusto de los electores, de manera que, pensando en ello, todo parece indicar que a Castrellón Garza se emparejará con el puntero y después ya no lo alcanzaran en esta carrera.

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