Calderón… el silenciado
Por: Ernesto Escobosa
Felipe Calderón cada vez se muestra más desesperado ante los acontecimientos en los que está inmerso; aunque todavía tiene cierta influencia en algunos segmentos de la sociedad que se beneficiaron en su Gobierno o consideran que su guerra contra el narcotráfico fue una decisión genuina y no una estrategia para legitimarse ante las evidencias de fraude electoral; lo cierto, es que su reputación terminó de caer cuando se empezó a confirmar lo que siempre se le señaló a lo largo de su sexenio, que él y Genaro García Luna propiciaron y administraron la narcoviolencia en su propio beneficio.
Hasta Vicente Fox, quien es percibido como el más torpe de los dos expresidentes panistas, se ha venido replegando, entendió que lo que más le convenía era dejar de ser un crítico irracional de las decisiones de López Obrador y no porque sea sensato, sino porque él, su esposa, sus hijastros y algunos de sus hijos están siendo investigados por diversos delitos patrimoniales y fiscales. Fox llegó quebrado a la presidencia y terminó millonario junto con sus parientes y amigos, así que callarse, por el momento, fue la mejor decisión que pudo tomar.
A diferencia de Peña Nieto que dejó el país para disfrutar del glamour que ofrece el mundo junto con su novia y ha permanecido alejado del debate público nacional, evidentemente, siguiendo las reglas no escritas de la política mexicana, los usos y costumbres en que los expresidentes se alejan del poder y dejan que el presidente en turno conduzca al país a su manera e impulsando sus propios intereses; Calderón decidió quedarse y tratar de presionar a AMLO para negociar protección e impunidad; evidentemente no va a poder.
Los expresidentes llegaban al cargo gracias al apoyo de los poderes fácticos tradicionales, les debían la presidencia a ellos, por eso se tenían que sujetar a sus directrices y proteger sus intereses en los grandes negocios con dinero público; en contraparte, López Obrador no se lo debe a ellos, por eso los pactos de complicidades e impunidad que tuvieron vigencia durante las últimas administraciones del PAN y el PRI ya no tienen ningún valor.
Que García Luna esté encarcelado en Nueva York, sin duda, es lo peor que le pudo haber pasado a Felipe Calderón, ya que al ser su principal cómplice y operador sabía de todos los acuerdos ilegales y actos de corrupción en los que el expresidente participó o eran de su conocimiento, sabe a quiénes protegió y a quiénes persiguió abusando del poder público; Genaro García Luna es un hombre joven y al parecer poco honorable como para ser leal con su exjefe, no creo que quiera pasarse el resto de su vida en una cárcel de máxima seguridad en los Estados Unidos; seguramente entiende que su única posibilidad está en llegar a un acuerdo con la fiscalía y decir lo que sabe para salvarse y en ese escenario el más afectado no será él, sino Calderón.
La última mala noticia para el expresidente fue la captura de Luis Cárdenas Palomino, el brazo ejecutor de García Luna; aunque la aprehensión fue por el delito tortura, uno de los más leves del catálogo de ilegalidades que se le acreditan, el verdadero peligro para Felipe Calderón es que sea extraditado para comparecer ante el Juez de Brooklyn, quien cada vez tiene más información de los vínculos de los políticos y funcionarios con la delincuencia organizada durante su mandato presidencial.
Twitter: @ernestoescobosa