Por: Socorro Soto Alanís

De entrada, un fuerte abrazo y mis mejores deseos para los lectores de Caleidoscopio. ¿Se acuerdan de aquel pequeño tubo de cartón al que le dábamos vueltas y nos obsequiaba un reacomodo cada vez distinto y mágico de papelitos de colores? Así nos ha dejado el año 2020. Huérfanos, buscamos reacomodo en situaciones desconocidas.

Fueron 94 millones de personas infectadas y dos millones de muertes en el mundo por el Coronavirus; sin duda es un virus poderoso con status de rey. En México las cifras son alarmantes, más de un millón y medio de infectados y 139 mil fallecidos. En la ciudad de México hay fila de carrozas, porque los crematorios están saturados y filas de ambulancias con pacientes, porque los hospitales están saturados. Hace un año, un chino iba al mercado por su mandado y compró un murciélago para un caldo, dice un meme. Han llegado las vacunas y ya se aplican a médicos y enfermeras. Héroes de nuestro tiempo.

Entre los muchos reacomodos que necesariamente tenemos que provocar es que a los profesionales y científicos de la salud se les pague y brinden oportunidades como si fueran futbolistas. Que a los maestros y enfermeras se les pague más que a los diputados. El nuevo desorden social mundial pospandémico ocupa inteligencia, buena voluntad, solidaridad y trabajo comunitario: características poco usuales en las sociedades modernas del capitalismo tardío.

O nos reinventamos como sociedad y encontramos nuevas rutas humanas, o habrá muchas y graves crisis: social, política, de salud, económica y existenciales. De pronto se ven signos de esperanza. De pronto saltan signos desalentadores, como son las vilezas humanas: Ambición, individualismo, avaricia, mezquindad, entre otras linduras.

Los sucesos del capitolio en Estados Unidos son una muestra del divorcio y hartazgo de una sociedad hacia su clase dominante; hay varias lecciones para la esfera política, pero no las quieren ver y sólo atinan a rasgarse las vestiduras.

La economía covidiana ha producido miles de millones de dólares para los ya de por sí multimillonarios y ha empobrecido a los de por sí, excluidos del mundo. Jeff Bezos, CEO de Amazon, el hombre más rico del mundo cuenta con una fortuna de 120 mil millones de dólares y la fortuna de su ex esposa MacKenzie Scott, la mujer más rica del mundo, es de 60 mil millones de dólares, con el confinamiento y el consumismo on-line han acrecentado su riqueza. A los vendedores ambulantes no se les permite ejercer su oficio.

En nuestro país veremos nuevas acciones y las más obsoletas, absurdas y ridículas también, sobre todo en la clase electoral, que no es lo mismo que política: rebatinga por candidaturas, excesivo y grotesco presupuesto para campañas, ante una sociedad lastimada y huérfana y much@s advenedizos, simuladores y nefastos personajes en calidad de redentores. Estimados lectores: salud, vida y abrazos.

Twitter: @cocosootoalanis