Por: Socorro Soto Alanís

Las millennials mexicanas para mi asombro y gozo han resultado feministas, están defendiendo las causas contra la violencia, acoso, maltrato, violación hacia la mujer y contra los feminicidios de una manera desbordada, como se debe. Bien por ellas. Los gobiernos de todos los niveles, en su mayoría, hombres, no han entendido la inmensidad del agravio.

Por muchos años, en Durango, las manifestaciones del 8 de marzo, las hacía el Grupo MUJERES, primera organización feminista y por mucho tiempo fue la única. Para fortuna del movimiento y de las reivindicaciones de la mujer, hoy en Durango y en todo el país, las adolescentes han encontrado en el feminismo “un modo de ser mujer y ser libre”, como nos enseñó nuestra poeta mayor Rosario Castellanos. Razones de sobra para apostarle a mejores horizontes en México, porque las causas del feminismo son para siempre:  equidad, libertad, solidaridad, paz, justicia, igualdad. Acompañamiento entre el hombre y la mujer. Así sea.

La sumisión y la violencia contra la mujer en México viene de muchos años, está atorada en las gargantas, faltan estudios que nos lleven al origen y desarrollo, sirvan como apunte: los roles de la mujer en las culturas primitivas, en las cuales la mujer se quedó en el “domus”, con el trabajo doméstico, mientras el hombre se iba de caza, pesca y conquista de territorios, el sacrificio de doncellas como homenaje a los dioses, la sumisión de la mujer indígena hacia el conquistador español, el charro del cine mexicano, conquistador, parrandero y mujeriego, los estereotipos de la televisión mexicana de la mujer objeto, mujer adorno, en las instituciones y empresas modernas, el acoso y abuso del jefe macho hacia secretarias y empleadas,  y muchos factores más.

La violencia hacia la mujer ha ido creciendo. Pero ya se ha visibilizado y denunciado y es de dar terror. Los gobiernos e instituciones procuradoras de justicia no han escuchado ni entendido la gravedad de la violencia. Las muertas de Juárez, mujeres indígenas, pobres, trabajadoras de las maquilas, fueron violadas y asesinadas; las mujeres y hombres desaparecidos en el país, las 45 mujeres que son violadas cada día, las 10 mujeres que son asesinadas cada día, los feminicidios; deberían de conmovernos, enfurecernos y movilizarnos a todos. Tan fácil que es amarnos.

Las millennials hoy protestan. A ver si así desde el poder supremo patriarcal y desde todas las estructuras, niveles, esferas sociales reaccionamos. Se ocupa estrategia, proyecto nacional, acciones de inmediato, destituciones y metas al corto, cortísimo plazo. Mientras, al mismo tiempo encontramos y sanamos a esta sociedad enferma de odio. Las imágenes del 8 de marzo recorrieron el mundo. Que recorran y tumben también los velos de la violencia.

Twitter: @cocosotoalanis