CALEIDOSCOPIO… María, la Callas (Parte 2)
Por: Socorro Soto Alanís
En una de las fiestas llenas de glamour a las que era invitada, conoció al empresario millonario Giovanni Battista, quien sería su esposo y agente artístico. En 1947 María fue contratada para cantar en Venecia la ópera Tristán e Isolda de Wagner, uno de los papeles más complicados del bel canto, terminó en aclamación. Los éxitos se precipitaban uno tras otro. En Florencia interpretó a Norma de Bellini, hasta llegar a los máximos escenarios europeos como La Scala de Milán y el Coven Garden de Londres.
Su registro de voz y el dramatismo de sus interpretaciones llenaron los escenarios más exigentes de la época, viajaba por las grandes capitales cosechando éxito tras éxito, la prensa y los paparazzis la perseguían por su elegancia y presencia sin igual. Vestía con las marcas más exclusivas y lucía joyas de esmeraldas y diamantes, para entonces ya tenía una figura sensacional, había bajado treinta kilos.
Conquistó al exigente público europeo y al de América también, se presentó en Chicago, Nueva York, Buenos Aires y en la Ciudad de México. Las interpretaciones más difíciles las lograba con singular éxito como Turandot de Giacomo Puccini, El turco en Italia de Rossini, La Vestale de Gaspare Spontini, La Traviata y El Trovador de Guiseppe Verdi, Carmen de Bizet, entre otras. Cuenta la leyenda, que en varias ocasiones el público le aplaudió por más de media hora de pie.
Después de cada presentación alguno de sus amigos le ofrecía una gran fiesta para celebrarla. En 1957, la cronista del jet set y espectáculos Elsa Maxwell, le organizó un baile de disfraces en Venecia y ahí presentó a los dos griegos más famosos del mundo, Aristóteles Onassis y la Callas. El multimillonario armador y María se la pasaron encantados platicando en griego y el magnate empezó el cortejo de la diva con los más exquisitos y exuberantes regalos: paseos en yate por el Mediterráneo, fiestas y cenas en París, Nueva York, Venecia, las islas griegas, Londres, a donde el naviero le mandaba sus aviones privados, llenaba sus habitaciones de rosas rojas y le obsequiaba las joyas más valiosas.
La Callas y Onassis se divorciaron de sus parejas y vivieron uno de los romances más intensos del siglo XX por 10 años. Onassis conoce a Jackie Kennedy y con el mismo método empieza a seducirla, al quedar viuda en 1963 la invita a un paseo en su yate por el Mediterráneo. En 1968 se casan. María sufre de tremenda depresión, su salud empieza a deteriorarse y no se recuperará del abandono del hombre que amó. Continuaron sus éxitos, pero ya poco le importaban. El 16 de septiembre de 1977 en su departamento de París se desplomó como si representara uno de sus grandes éxitos.
Twitter: @cocosotoalanis