Por: Socorro Soto Alanís

Largo se nos hace el tiempo, atrapados en un virus microscópico que juega, contagia, salta de una ciudad a otra, viaja en avión de un país a otro, impide respirar y nos tiene con el Jesús en la boca al mundo entero. El Coronavirus ha infectado a 3.2 millones de personas y ha cobrado la vida de 230 mil en el mundo, de los cuales lleva 60 mil muertes solo en Estados Unidos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Los efectos colaterales empiezan a sentirse: Desempleo, aislamiento, crisis económica, cambio de proyectos, aplazamiento indefinido de agendas, crisis personal y familiar y los sistemas de salud en el mundo colapsados. La crisis social acecha y se ocupa la invención de nuevos paradigmas. Hay también muchas lecciones, pero algunos seres humanos se niegan a aprender en defensa de su status quo; el mismo que ya desapareció.

Las crisis desnudan, y todos quedamos al descubierto con nuestras bajezas, vilezas y virtudes. Como en un juego de lotería saltan: El oportunista, el gandalla, el demagogo; pero también: el que apoya, el solidario, el que construye, el que propone y son estos últimos los que necesita Durango, México y el nuevo desorden mundial.

Será necesaria mucha calma para los que ya quieren incendiar la guerra electoral, porque eso quieren guerra, no se aguantan ni solos, es tal su ambición y vileza que promueven la guerra. No quieren esperar ni siquiera a contar y enterrar a nuestros muertos, porque los habrá. Esperemos que la raza de bronce logre domar un poco al virus COVID-19 y al virus de la ambición desmedida.

No ayuda tampoco el sistema de salud desmantelado por más de treinta años, hospitales inaugurados tres veces, aunque fueran sólo la fachada; sin equipo, sin personal, sin medicamentos a todo lo largo del país. Sorpresa, la misma receta se implantó en las grandes potencias y ni Estados Unidos, Italia, España, tienen la capacidad de atender a sus infectados. El neoliberalismo nos muestra una de sus peores caras. He aquí uno de los puntos más importantes a resolver en los tiempos de la pospandemia. Porque el presupuesto es proyecto de nación.

El subsecretario Hugo Gatell, quien ya cuenta con la admiración de una gran parte de la sociedad, además de memes y “gatellovers” dijo cosas más que importantes; una de ellas es el alto grado de obesidad, diabetes y consumo de alimentos chatarra. Otro punto a resolver con urgencia.

La separación y aislamiento social, la falta de contacto piel a piel, abrazos, saludos, apapachos y besos es una de las cosas más graves en una sociedad tan necesitada de afectos. Deseo que todos sobrevivamos y que pronto abramos nuestras puertas y nuestros corazones.

Twitter: @cocosotoalanis