Por: Sergio Duarte Sonora

La recomposición del sistema político mexicano, acelerado por el triunfo de la izquierda lópezobradorista el 2018, ha entrado en una fase donde todo apunta a que no habrá un proceso de restauración del viejo régimen.

El régimen posrevolucionario que duró de 1929 a 1982, arrancó su etapa de negación con Miguel de la Madrid Hurtado y todo indica que ha culminado en el sexenio de Enrique Peña nieto, con el breve interludio panista. A partir de AMLO arranca una nueva etapa que se autodenomina la Cuarta Transformación (4T); solo la historia definirá si efectivamente transitamos por la cuarta, la quinta o la sexta, o no se avanza, pues a pesar de todo aún se puede volver al pasado.

En Durango, la transformación política es indudable, el PRI que lucha por un buen lugar en las preferencias electorales se ha atomizado en diferentes fuerzas políticas y ha dejado de ser la columna vertebral del sistema para terminar en una versión derechizada aliado a su otrora acérrimo histórico enemigo, el Partido Acción Nacional. Sorpresas que da la vida.

Y en el caso del ahora “partido oficial”, Morena, las cosas no transitan tan simples, ni tampoco transitan al paso y al ritmo que marca AMLO desde la mañanera. Durango es de los pocos estados donde Morena va a la saga del proceso transformador.

En materia electoral, tal y como lo expusimos en la primera entrega, Morena arrancó campaña solo con ligera ventaja en el Distrito 02 Federal con cabecera en Gómez Palacio, en los distritos 01 y 04 con cabecera en Durango capital aventajan Javier Castrellón Y Gina Campuzano del “PRIANPRD”, y en el Distrito 03 con cabecera en Guadalupe Victoria aventaja el candidato de Movimiento Ciudadano.

Omar Castañeda, candidato de la alianza Morena-PT-PVEM ha logrado unificar en torno a su campaña a todos los activos de los tres partidos aliados y además ha sumado fuerzas que se han desprendido tanto del PRI como del PAN y el mismo PRD, basado en su juventud y dinamismo, pero también en una experiencia acumulada a través de su militancia desde muy joven, vamos casi niño, en las trincheras de los movimientos sociales y partidarios de la izquierda lagunera.

Está en su momento y de ganar la elección el próximo 6 de junio se convertirá al lado de Marina Vitela en uno de los activos más importantes del Morenismo en el estado de Durango.

Omar no la tiene fácil, pues del lado opuesto, tiene enfrente a Rocío Rebollo, quien por primera vez en su larga historia política arranca campaña con los momios en contra, apoyada en un PRI desarticulado y que le aportará muy poco, así como con un PAN que no le interesa la Laguna y un PRD que solo será testigo de una definición anunciada.

Por si fuera poco, el grupo de interés económico y político más importante del PRI durante décadas en la Laguna de Durango juega sus cartas muy inteligentemente, impulsando un delfín que de ganar el Distrito 12 local como lo indica el proceso, se convertirá en aspirante natural al palacio municipal construido por el padre de la abanderada priista.

“La reina” ha lanzado sus cartas, viendo cómo se alinean las estrellas de cara al 2022. El juego por la gubernatura ha iniciado y todo indica que Rocío Rebollo la tiene muy a la cuesta arriba, aunque todo mundo sabe que la candidata priista se crece y se transforma en las campañas, lo que indica que no todo está definido y de ganar, Rocío se convertiría en candidata natural a la gubernatura el próximo año.  Hay quien ya apuesta a que el 2022 en Durango será una lucha entre mujeres laguneras.

Omar solo tiene que mantener el ritmo de campaña con el que inició para alcanzar la meta el ya cercanísimo 5 de junio, no aflojar el paso y lograr mayor presencia nacional en su campaña, el resto lo hará el ciudadano lagunero que siempre ha mostrado una vocación natural por la izquierda. La moneda está en el aire ligeramente cargada hacía el hijo pródigo de trincheras; Mario Delgado y compañía pueden aportar el último y necesario jalón para que Morena consolide su proyecto en Durango con el fresco y renovado viento lagunero.