Por: Gilberto Jiménez Carrillo

Lealtad es la perseverancia en el aprecio o el servicio hacia algo o hacia alguien. Los romanos honraron siempre la lealtad, la fides, a la que rindieron culto cómo diosa. Fides es una palabra en latín que puede traducirse por lealtad, buena fe, confianza y honor en el cumplimiento de la palabra o juramento. Pertenece a las virtudes públicas que, para la cultura romana, deberían ser compartidas por toda la sociedad.

Durante más de 20 años, Cesar Yáñez Centeno ha estado junto a López Obrador en las derrotas y en las victorias. Quizá sea de los pocos que ha acompañado al presidente de la República en su proyecto de nación y en consecuencia en sus años más difíciles. Con estos antecedentes se esperaba que Yáñez Centeno fuera designado mínimo como vocero presidencial, pero no fue así; el presidente le asignó responsabilidades que solamente Cesar puede desempeñar dada la confianza mutua entre ambos.

Cesar Yáñez cuenta con un envidiable antecedente histórico de genética política. Su abuelo Leonardo Yáñez Centeno, fue uno de los constituyentes de 1917 por Colima, mientras que su papá, Francisco José Yáñez Centeno quien fuera gobernador del estado, fue autor en 1950 de la reforma que le dio a las mujeres el derecho a votar y ser votadas a nivel estatal, incluso antes de que esto fuera una realidad a nivel federal. A pesar de ello, Cesar Yáñez Centeno continúa siendo un hombre de principios y leal a toda prueba, de manera que los que aseguran que César permanece a la sombra se equivocan, ya que donde el presidente lo ubiqué, el colimense brilla con luz propia.

Ramón Carrillo afirma que la lealtad es una cosa de la que todo mundo habla y muy pocos la practican, por la sencilla razón de que no es una posición espiritual al alcance de todo el mundo, ni todo el mundo está preparado para ser leal. Las grandes revoluciones siempre han necesitado de la absoluta lealtad de sus participantes, de otra forma jamás se podrían haber gestado. Hablar de lealtad en política para muchos puede significar un contrasentido, quizá algunos han pensado que son palabras antónimas; sin embargo, la honestidad es la única cualidad que establece lazos sólidos que brindan garantía de sostenibilidad a cualquier proyecto político, económico o social a corto, mediano y largo plazo.

Cesar Yáñez participó durante más de dos décadas en una revolución pacífica, nunca claudicó, sus ideales iban de la mano del líder y ahora que el movimiento ha triunfado, Yáñez Centeno sigue siendo un hombre leal de una sola pieza. El resultado de las pasadas elecciones del seis de junio, demostró que, en su afán de transformar a México, el presidente de la República va por el camino indicado, prueba de ello es que el partido Morena, fundado por Andrés Manuel López Obrador obtuvo más victorias que derrotas, refrendando con ello el respaldo de los mexicanos al proyecto de nación que encabeza el paisano de Carlos Pellicer.

Si en la segunda mitad del sexenio el presidente se hiciera acompañar de dos o tres colaboradores de particularidades similares a las de César Yáñez, lo más seguro es que las cosas funcionarían todavía mejor, pues el coordinador general de política y gobierno es un ser humano entero y leal en todas sus dimensiones.

Email:[email protected]