Por: Jesús Reséndiz

Poco a poco iba teniendo mejoría, pero por otro lado mi hija al cuidado de su bebe Sarita de un año cinco meses y de su hijo Fernando de 12 años, le dice a mi esposa por celular que le duele la cabeza y que tiene fiebre.

Otra preocupación mayor, ¿y los niños?, la bebé tiene un poco de calentura, pero dice el pediatra que eso se puede controlar. De parte de su trabajo le exigían que se hiciera la prueba, pero surge el impedimento y ¿cómo le hago con la bebé?

La empresa para que la trabajaba se negaba a cubrir los gastos de la prueba, no así a otros compañeros, en tanto los días transcurrían. Finalmente, después de batallar para costearla fue a Salud Digna, a que le hicieran la prueba; le indicaron que consultará los resultados vía Internet, o se les enviarían por WhatsApp. Ni una ni otra vía. Los resultados nunca se los enviaron.

Obviamente la angustia crecía. Por un lado, aislado y literalmente tirado, por otro, la preocupación creciente por el estado de salud de mi esposa, hija y los niños

Un gastadero que no tiene fin

Finalmente, agostado de tanto medicamento, cansado de la enfermedad, término la cuarentena, en medio de toda una farmacia que tuvimos de comprar entre jarabes, pastillas, inhaladores, ampolletas y a esto se agrega las visitas a los facultativos y lo que tuvimos que comprar para poder estar en esa casa deshabitada., tuvimos que empeñar hasta el perico para poder completar.

De regreso a nuestro domicilio me dicen de la Secretaria de Salud que tengo que hacerme otra prueba, y que ésta tiene que arrojar dos resultados positivos en anticuerpos y negativo de COVID-19, pero que la tengo que costear yo en un laboratorio privado.

Tuvimos que hacernos otra prueba de costó más de 800 pesos cada una. Volvimos a salir positivos en COVID-19, y de nueva cuenta otra cuarentena esta vez nos explicaron que solo de ocho días y que ya no contagiábamos o el riesgo era mínimo.

Otra más

Antes de concluir la segunda cuarentena aparecieron las secuelas que hasta hoy en día padezco, problemas de próstata: Tumor en la próstata, varicocele y quiste por otro lado caída de cabello. En ambos casos con tratamiento previas viditas al urólogo y dermatólogo. Mas pastillas, más medicamentos, más gastos. Un infierno interminable.

Para el problema de la próstata tengo tratamiento por al menos un año de acuerdo al urólogo, en tanto que para la caída de cabello, otro tratamiento a base de aceite, ampolletas, champú y tomo unas cápsulas, pero si quiero tener cabello rápidamente me dieron un remedio que me resisto a realizar; ponerme miel en la cabeza y echar maromas en una estética.