Por: Édgar Burciaga

El sustrato social boliviano es un apretado tejido de organizaciones indígenas y corporativas que expresan las reivindicaciones de la población y, en parte, sustituyen a las instituciones estatales que no están presentes en el área rural y en los pequeños pueblos.

Por razones históricas, el corporativismo es la forma “natural” de organización boliviana, por lo que se convirtió la principal fortaleza del Movimiento al Socialismo (MAS), de Evo Morales.

Al llegar al poder, el MAS instituyó el programa “Bolivia cambia, Evo cumple” que, en sus primeros siete años de Gobierno, invirtió 480 millones de dólares en tres mil 900 pequeños proyectos de rápida ejecución, con más infraestructura y fuerte impacto político en municipios rurales.

Evo Morales llegó a México el pasado martes y Andrés Manuel López Obrador estará este viernes en el municipio del Mezquital, uno de los más pobres del país, y con un alto porcentaje de población indígena.

Es tiempo de ver la historia en otros países con las fortalezas que contribuyen a mejorar las condiciones de vida de los pueblos originarios y no su explotación con intereses comerciales, de ahí la importancia de la visita del Presidente de la República a este rincón del sur del estado.

Sin duda, López Obrador despejará la incertidumbre en cuanto a los recursos que se asignarán para el estado y refrendará su propuesta de inversión para nuestra entidad, la integración a los proyectos estratégicos de infraestructura de obras como la presa El Tunal II y la planta potabilizadora para la ciudad de Durango, cuyos recursos se asignarán directamente en el Presupuesto de Egresos de la Federación para el próximo año.

Esta decisión presidencial ha definido que los diputados federales y senadores no tengan injerencia personal en la asignación de recursos, por lo que corresponderá directamente a la Secretaría de Hacienda y a los representantes del Gobierno federal aplicar los recursos en los programas con perspectiva social que se instrumenten desde la capital de la República, una vez que se cuenta con el diagnóstico realizado por los servidores de la Nación en sus diferentes recorridos para la actualización de padrones de beneficiarios.

Así, el apoyo llega directamente a las comunidades, sin que haya intermediarios que pretendan quedarse con los recursos, a través de la Delegación de Programas Sociales, que está a cargo de Édgar Morales Garfias, en sustitución de Gustavo Pedro Cortez.

Sin embargo, deberá dejar a un lado la opacidad de la dependencia y el bajo perfil con que se ha desenvuelto, porque a pesar de ser un funcionario con un currículum de trabajo, es necesario que los duranguenses lo conozcan y que él mismo conozca a fondo los problemas de Durango, como lo ha hecho desde su designación el director del Centro SCT, Ángel Sergio Débora Núñez, que ha convertido a esta dependencia en el motor de la administración pública, por la inversión de casi dos mil millones de pesos tan solo en infraestructura carretera en la entidad.

Por su parte, la labor de los empresarios locales es convencerlo de las necesidades que tenemos como estado, se requiere que el Presidente sepa que Durango lo necesita, que nuestro aislamiento es factor de la falta de desarrollo y de las condiciones de producción, así como de que nuestra economía es similar a la del sureste del país, pero sobre todo, que nuestra entidad necesita del Presidente con urgencia.

Esperemos pues, el mensaje para Durango de Andrés Manuel López Obrador.

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