Por: Edgar Burciaga

Como lo dijo un político hace años en el Estado de México: “¡Haz obra, que algo te sobra!”, parece ser una Ley en el sector de la construcción y uno de los rubros más socorridos es la obra pública, por la cual, además de apoyos económicos durante la búsqueda del puesto, se paga cierto porcentaje, variable de acuerdo con quien la ofrece.

Esto surge desde los tiempos electorales, cuando quienes aspiran a un cargo de elección popular pregonan el combate a la corrupción, pero en reuniones privadas con empresarios, prometen servicios a cambio de apoyos económicos, que se convierten en favores de jugosas ganancias, y en muchas ocasiones, las obras se tienen que hacer, ¡es un compromiso de campaña!

Esto surge porque de nueva cuenta se dio a conocer que se continuará con los trabajos de la ciclovía, que se ha convertido en “una magna obra”, dada la importancia que se le ha dado por parte de las autoridades municipales, cuando los recursos son federales que bajaron a través del Gobierno del Estado.

Incluso, aquellos que pudieran estar inconformes y que se quieran manifestar estacionando sus vehículos en la ciclovía, se harán acreedores a una infracción de tránsito como si estuvieran en una zona amarilla o prohibida por parte del Ayuntamiento.

Esta obra se justificó con una consulta ciudadana y se trató de inscribir dentro del Plan de Movilidad Urbana, que no está actualizado y que, sin embargo, sólo ha propiciado enconos y enfrentamientos entre duranguenses, muchos de ellos con opiniones sesgadas en función de sus intereses personales y de grupo.

Sin embargo, pareciera que esta será la tónica de la construcción de infraestructura, obras sin respaldo popular pero que están comprometidas de antemano, que incluso motivó al presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso, Esteban Villegas, a señalar que se ha beneficiado con obras a empresas de otros estados y que incluso, cobra más caro que las empresas locales, por lo que supone el Diputado que hay recomendados y compadres dentro de los beneficiarios, e incluso pidió “… que la disfracen poquito”.

Y todavía no se reinicia la obra del puente del bulevar Francisco Villa, la cual se pondrá en marcha nuevamente en las próximas semanas, y dentro de las primeras acciones será retirar los árboles que forman parte de los camellones de esta vialidad.

Pero no todo son vialidades, sino que también, a pesar de que hace poco terminaron los trabajos de remodelación del teatro Ricardo Castro, tremenda alarma provocó entre las personas que el domingo en la noche presenciaban una obra el desprendimiento de un pedazo del techo que cayó sobre dos mujeres, que les provocó heridas que ameritaron su atención en hospitales de la localidad.

Estas acciones no quedan sólo en el ámbito público, también trascienden en este sector, sobre todo, a unas horas del proceso electoral para la renovación de la dirigencia de la CMIC, donde se espera que no haya manos extrañas y que los funcionarios se abstengan de “dar línea” a favor de determinado candidato, máxime si con esta recomendación se condiciona también la ejecución de obra.

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