Por: Édgar Burciaga

La corrupción no se combate con escobas que empujan el polvo desde los peldaños más altos de la escalera, sino con la transparencia de contratos y compras de Gobierno, procesos competidos de obra pública y castigos para quienes utilicen los recursos del erario público en su beneficio.

Hace años, los actuales diputados del Congreso local, como Esteban Villegas, Otniel Navarro o Iván Gurrola, aplaudían la realización de obras que, aunque no fueran justificadas, representaban recursos económicos para quienes participaban del grupo del poder.

Ahora son los primeros que protestan y claman por la falta de recursos en el presupuesto federal para la realización de las obras estratégicas de infraestructura que Durango necesita y, sobre todo, por la falta de gestión de los legisladores federales, tanto en la Cámara de Diputados como en la de Senadores.

Si en Durango no hay obra pública, la economía se empieza a colapsar y entonces se empieza a complicar para todos, sobre todo cuando los recursos provienen en su mayor parte del Gobierno federal y que ahora, no hay incremento de montos para grandes obras dentro del Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación.

El diputado Iván Gurrola aprobó en su anterior gestión como diputado local, todas las propuestas de obras sin hacer un análisis de cada una de ellas, algunas de las cuales fueron realizadas con material de baja calidad y que incluso aún no están en operación, como el Hospital de Especialidades de Gómez Palacio.

Por su parte, el diputado Otniel García Navarro, quien no ha dado explicaciones sobre la adquisición de su lujosa residencia en privilegiado fraccionamiento del sur de la ciudad, estuvo involucrado en el fraude cometido contra la organización Mariana Trinitaria, en donde se destinaron más de 40 mil toneladas de cemento para favorecer las elecciones a favor del PRI en el 2007.

En esa ocasión también participaron políticos de otros partidos políticos, como el PAN, ya que el candidato por la alcaldía de Lerdo, Carlos Alberto Morales Núñez, hizo promoción de votos por material de construcción, mientras que la diputada Marina Vitela, hoy alcaldesa de Gómez Palacio, también fue señalada por la disposición de material puesto a la venta, así como de promoción del voto en su campaña.

Hace tres años, mientras era presidente de Morena, Andrés Manuel López Obrador señaló en Oaxaca que la obra pública a cambio de votos es corrupción y denunció que se llamaba a presidentes municipales a través de funcionarios estatales para asignar recursos para obras a cambio de votos por el candidato del gobernador Gabino Cué, por eso ahora se han impuesto esquemas en los que es imprescindible dejar de entregar dinero a contratistas que se llevan el dinero del pueblo y entregan «moches» a funcionarios, “hacen la obra mal, luego nada más pintan caminos y cuando llegan las lluvias se vuelve terracería”.

Por eso, la obra pública, como negocio de unos cuantos, no debe volver a suceder.

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