DURANGO CONFIDENCIAL… Ya párenle
Por: Edgar Burciaga
En la última legislatura, la gestión de las y los diputados federales ha brillado por su ausencia, sin más recursos y sin programas que contribuyan a impulsar el mejoramiento de las condiciones de vida de las familias, lo que, sin duda, lo veremos nuevamente con la llegada de los nuevos representantes populares a San Lázaro.
Debido a su dependencia con el Gobierno federal, Durango debe en todo momento ajustarse a las políticas emprendidas desde la capital de la República, caso contrario representa un retroceso en presupuesto y aplicación de programas, y aunque se ha tratado de revertir la situación, se ha dejado a un lado la construcción de infraestructura para el desarrollo y el emprendedurismo, principalmente de jóvenes y de mujeres.
Los programas de apoyo a la IP se han visto manchados por presuntos actos de corrupción y se ha beneficiado a un grupo selecto muy cercano a las cúpulas empresariales, y el ejemplo más claro lo ha significado el “Sedecogate”, cuyas investigaciones fueron reservadas por la administración para evitar que se den a conocer los beneficiarios y las condiciones que los llevaron a obtener recursos hasta por medio millón de pesos.
Hace falta un cambio de paradigma entre los empresarios, hay que dejar de lado el síndrome del alacrán que sigue afectando a todos, las dirigencias son solo para contar con representantes de la iniciativa privada en eventos públicos a pesar de los contagios y lo más grave, es que no son emprendedores con capital, sino administradores de pequeños negocios, que a veces solo sirven de membrete.
Lo más grave es que viene el cambio de las administraciones estatal y municipales, aunque no se vislumbra que el sistema se renueve, sino que se consolide a favor de quienes utilizan el servicio público para servirse y no para servir, al contemplar los cargos públicos como plataformas para realizar negocios en todos niveles, como la compra de plazas comerciales, la construcción de fraccionamientos, de restaurantes y hoteles, pero sobre todo, para seguir en la nómina exprimiendo al erario público.
Y es que las conformaciones de diversos grupos en una sola institución o dependencia han provocado fricciones difíciles de subsanar hacia el interior, no hay comunicación fluida ni tampoco liquidez de recursos, las diferencias se hacen más marcadas y amenazan a veces, con afectar no solo a quienes forman parte de la burocracia, sino también a quienes dependen de sus servicios. Así, los nexos entre los grupos y el poder político fortalecen la corrupción.
Twitter: @Edgar_comenta