Por: Daniel Huizar

A casi un año del confinamiento mundial provocado por la pandemia del siglo XXI, denominado COVID-19, el cual ha traído consigo el contagio de más de 107 millones de personas y lamentablemente el fallecimiento de dos y medio millones. La pandemia ha ocasionado un retroceso catastrófico; los estragos los podemos ver en todos los sectores tanto económico, político, social, de salud, empleo, relaciones interpersonales, entre otros más; sin embargo, existe un sector el cual es el encargado de lograr el crecimiento y desarrollo de los países, este es la educación.

La educación se ha visto sumamente afectada ya que ningún país por más desarrollado que este estuviese se encontraba listo para una eventualidad de tal magnitud afectando a casi mil 600 millones de alumnas y alumnos en 190 países de cada uno de los continentes de nuestro planeta. Tan solo en México, alrededor de 36 millones de estudiantes se encuentran en estado de confinamiento, es aquí donde surgen infinidad de áreas de oportunidad que vinieron a evidenciar nuestro sistema educativo y la falta de capacitación en el uso de las TIC de las y los docentes en México, además de la pobreza y falta de recursos y herramientas para lograr un desempeño óptimo por parte de los estudiantes.

Tan solo en el año 2018 según el Consejo Nacional de la Evaluación Política de Desarrollo Social (Coneval) comunicaba que en nuestro país había 52.4 millones de personas que se encontraban en situación de pobreza y otros 8.6 millones de personas en pobreza extrema; hablamos de prácticamente la mitad de la población total de nuestro país. En la actualidad estás cifras se están incrementado a falta de una estrategia oportuna y adecuada por parte de la administración del Gobierno Federal.

Los retos que tiene el sistema educativo en México son vastos, una de las alternativas que se está implementando por la necesidad inmediata es la utilización de plataformas digitales pretendiendo llevar una educación de calidad, sin embargo, nos ha mostrado la gran brecha de desigualdad que existe en nuestro país, y estas limitan el acceso a una educación de calidad, no todos tienen las mismas condiciones para estar trabajando de esta manera; el problema de género, raza, etnia, ubicación geográfica son algunas de las áreas de oportunidad que existen en este momento, añádele la falta de capacitación al personal docente en el uso de la TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación) impiden aún más la tan deseada y a la vez alejada educación de calidad, se prevé que haya una deserción escolar de más de 1.4 millones de estudiantes formando parte de la estadística educativa negativa y muy probablemente en futuros desempleados.

La tarea por parte de las y los encargados del sistema educativo en México es urgente, deberán de generar soluciones inmediatas y eficaces sino queremos ver los estragos educativos y de desarrollo en años próximos. La implementación de capacitaciones a los docentes y alumnos de todo el país es de suma importancia, el abastecimiento de equipos y herramientas tecnológicas a las instituciones educativas son necesarias y replantear si los programas y planes de estudio son los adecuados para el crecimiento y desarrollo económico de México. Y sobre todo terminar con la brecha de desigualdad social que existe en la actualidad. Las y los estudiantes de nuestro país merecen una educación de calidad, México lo agradecerá más adelante.

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