Por: Iván Soto Hernández

El día de las elecciones se define todo. Puedes hacer una gran campaña el 99 por ciento del tiempo que la Ley permite, sentir que vas arriba -y tener encuestas que lo refuerzan-, y perder por una mala operación plagada de estafas en el fatídico Día “D”.

Los estrategas comparan siempre la campaña como un partido de fútbol, donde llevas un buen juego todo el tiempo, vas arriba en el marcador y sientes que tu rival no está en la contienda, anda fuera de cancha. Pero en el último minuto te anota uno o dos goles y se termina el partido con el marcador en tu contra.

Algo así son las campañas. No puedes decir que hiciste una gran propuesta, con excelente comunicación y convencimiento; que ganaste los debates y mostraste siempre más actitud de triunfo, y al último, descuidar el minuto final que es el Día “D”.

Claro que son muchos los aspectos de riesgo que deben cuidar partidos y candidatos en cada cuarto de guerra, sin embargo, uno que se asoma sumamente difícil de sortear, sobre todo para la coalición PAN-PRI-PRD, es el activismo electoral.

¿Por qué? Porque es la mina de oro que han descubierto por años los que se dicen expertos movilizadores del voto. ¿Cómo le hacen? Engañan a sus jefes, partidos y candidatos, al inflar sus cifras de promovidos y buscar que sean validados la mayoría de estos pues se traducen en dinero en efectivo para llevarlos a votar.

Es un alto riesgo sobre todo para la coalición va por Durango, compuesta por el PAN, el PRI y el PRD, por una sencilla razón: la estructura electoral, de representantes generales, representantes de casilla y operadores de movilización se está llevando a cabo en cada partido de manera paralela, lo cual está ocasionando tropiezos a unos días de la jornada comicial.

Los priistas son los que ya tienen maestría en el auto robo del Día “D”, ese fraude común que saben hacer los operadores el día de la movilización con el recurso que reciben para ello, incluso, superando siempre cualquier tipo de auditoría o fiscalización que se les presente para evitar que solo estén engañando.

En ejercicios electorales del pasado reciente ocurrió que el recurso de movilización no tuvo el efecto esperado porque el dinero nunca llegó a territorio, o llegó incompleto, y en el afán de seguir con la simulación el movilizador alega tener decenas o cientos de promovidos que supuestamente serán votos seguros, y en el mejor de los casos resultan ser fantasmas, en el peor de los casos acaban llevando a las urnas los votos que serán para los rivales.

Esa escuela priista le ha pasado ya a panistas y perredistas en otros ejercicios democráticos. Ahora imagínense tener tres estructuras que todas aseguran ser confiables y requieren dinero para movilizar. Lo más seguro es que si no hay desde ya una auditora férrea y disciplinada de cada listado de promoción, el resultado del 6 de junio será de alto riesgo.

Por esa razón, es que la coalición Va por Durango necesita trabajar a marchas forzadas la coordinación y el buen desempeño de su movilización, ya que se juegan ese día el todo por el todo, y la experiencia dice que los estafadores que se disfrazan de movilizadores no tienen pudor: ese día ya saben a qué van y no lo querrán desperdiciar. Ya veremos y diremos.

Soy Iván Soto, nos vemos diariamente a través de la multiplataforma de En Vivo Durango.

Twitter: @IVANSOTTOH