Por: Iván Soto Hernández 

El próximo 1 de septiembre, el gobernador de Durango, José Aispuro Torres, presentará ante Congreso local su mensaje del V y último Informe de Gobierno.

Los puritanos dirán que el último informe es el sexto, no el quinto, sin embargo, los políticos saben que está bien dicha la afirmación del párrafo anterior.

Y es que, todavía en el penúltimo evento hay condiciones que permiten se pueda lucir el gobernante, pero en el último es un cero a la izquierda pues ya hay un nuevo gobernador electo y todos los reflectores miran para allá.

Por eso, es importante de este V Informe el entorno en el que se presente, si le fue bien, más o menos, mal o muy mal en los posicionamientos partidistas, por supuesto el contenido y más aún, el mensaje político.

El terrible sexto año es muy ingrato, a veces más ingrato que el séptimo año, ya que a muchos gobernadores se les presentan sinfín de casos de decepción, traición y deslealtad.

¿Y por qué dolería más eso que ocurre en el terrible sexto año, respecto a que pudiera presentarse en el año siete? Pues simple: cuando sabes que ya no tienes el poder es fácil resignarse a las traiciones.  Pero, el sexto año aún gobiernas y en teoría tienes poder, quizá por eso ha de doler más que sucedan esa circunstancias.

Aispuro debe estar preparado para observar el “chapulineo” de quienes casi se tatuaron el pecho como “Aispuristas”, ya que muchos de ellos serán los primeros que le den la espalda cuando el barco empiece a hundirse en el mar del tiempo.

Son seis años y cada gobernante tiene que saber que hay fecha de caducidad para administrar el poder y con ello imponerse, ser respetado.

Después del V Informe, los primeros que sentirán el inicio de la carrera del relevo en el poder son precisamente los aspirantes a la candidatura a gobernador por el PAN, aunque seguramente veremos comportamientos parecidos en otras trincheras.

El sexto año es incómodo porque estás y no estás. Gobiernas y no. Tienes poder, pero ya todos saben que ese poder está llegando a su punto más bajo.

“No es lo mismo pelear con un gobierno que ya se va, desobedecerlo, retarlo o simplemente decirle que no, que hacerlo con uno que apenas inicia”. Es una frase que se le escucha decir a cuadros políticos actualmente aliados del grupo en el poder.

Aispuro está tratando de abrir camino a la posibilidad de dejar sucesor afín, sin embargo, se mantiene fiel a su estilo de hacer política, que parece le ha dado resultados en su carrera de más de 25 años: dejar correr los tiempos, dejar pasar las cosas, no definir, no manotear la mesa, no dar señales claras.

Ese es ya un estilo muy evidente, pero muy riesgoso porque la indefinición adentro también provoca caos, alimenta rivalidades donde no había, y genera muchísima confusión, ingredientes que la oposición podría olfatear y aprovechar. ¿No cree?

Soy Iván Soto, nos vemos diariamente a través de la multiplataforma de En Vivo Durango.

Twitter: @IVANSOTTOH