Por: Iván Soto Hernández 

José Aispuro Torres rompió el paradigma de sus antecesores, quienes comenzaron a construir la ruta de sucesión con mensajes claros sobre su terna de favoritos desde el primer año del sexenio.

Ángel Sergio Guerrero Mier hizo todo lo posible para heredarle el poder Carlos Herrera. No lo logró pues llegó Ismael Hernández Deras, quien siempre tuvo claro que su sucesor debía ser Jorge Herrera Caldera. Y este, a su vez, jamás dudó en apostarle a Esteban Villegas.

Aispuro lo intentó, quizá no muy convencido y sobre todo entretenido en la necesidad de instalarse y gobernar el día a día, por eso hoy tiene que tomar decisiones con el tiempo encima pues ya entró a la recta final de su mandato. Mientras tanto, las expectativas de triunfo se han incrementado en las filas del Partido Acción Nacional (PAN) después del 6 de junio, a tal grado que hoy nueve personas buscan la suerte de su lado para entrar a la carrera por el relevo en el ambiente blanquiazul.

Cercanos a Aispuro desde sus tiempos en el PRI son cuatro: Jaime Rivas Loaiza, Carlos Maturino, Javier Castrellón y Adrián Alanís. Panistas-panistas Jorge Salum, Héctor Flores, José Antonio Ochoa, Gina Campuzano y Paty Flores Elizondo, ellas en caso que se decida género femenino, lo cual es cada vez más lejano.

En ese sentido, por un lado, se ve positivo que haya tantos aspirantes, señal inequívoca que la contienda interna es atractiva. Pero, por otro ángulo es muy riesgoso que una reunión con aspirantes ya casi parezca mitin.

El gobernador tiene que tomar la decisión de mandar señales de lo que espera en este proceso interno, pues, aunque todavía no se define si van juntos PAN y PRI, es cuestión que Aispuro se decida a levantar la mano para encabezar la mesa estatal de la probable coalición.

Los que saben de política aseguran que el escenario está puesto para que el mandatario local se faje y pida no solo la candidatura para un cuadro propuesto por Acción Nacional, sino incluso para deslizar el tipo de perfil que la contienda requiere.

Ahora bien, las decisiones que tome el titular del Ejecutivo Estatal seguramente tendrán un alto nivel de razonamiento. Es algo que habrá de transitar por varios filtros para evitar equivocarse. Todo depende de su estatus en la probable mesa de la coalición, pero también, de sus objetivos específicos y los acuerdos que empieza a realizar para obtener una salida más tersa.

Por lo pronto mejoró su relación con Palacio Nacional y probablemente tendrá que armonizar su último año de Gobierno con Morena liderando la próxima Legislatura en su inicio.

Si quiere dejar sucesor tendrá que hacer política que vaya muy por encima de las pasiones blanquiazules. Y tiene enfrente dos sopas: meter o no meter las manos, conducir o dejar en entera libertad este proceso.

¿Qué hará? ¿Lanzará a un amigo al que tendrá que cuidar y ayudar sin miramientos, o preferirá soltar la sucesión y que suceda lo que la suerte decida? Pronto se sabrá. Por lo pronto, nueve gallos son muchos, ¿no cree, Gobernador?

Soy Iván Soto, nos vemos diariamente a través de la multiplataforma de En Vivo Durango.

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