Por: Iván Soto Hernández 

Tras los resultados de las urnas el 6 de junio, y más aún después del veredicto del Tribunal Electoral del Estado de Durango en el sentido de retirarle una diputación plurinominal al PAN para dársela a Movimiento Ciudadano, es claro que el PRI presidirá la Junta de Coordinación Gobierno y Política del Congreso local (Jucopo), al menos el primer año.

Los números oficiales -que todavía pueden moverse en la Sala Regional o en Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación- arrojan para el PRI ocho diputados, siete para Morena, cinco para el PAN, dos para PRD, uno para PT, otro para Verde y uno más para MC.

Con esa proporción, más la intención de PRI, PAN y PRD de conformar una coalición legislativa -en caso que la actual Legislatura no la desaparezca antes de irse-, es de suponerse que el Congreso del Estado de Durango quedará en mano de este bloque político, del cual el tricolor llevaría mano para presidir el primer año.

Ahora bien, de los ocho diputados priistas quién sería el idóneo para una responsabilidad así. Antes de nombres, algunos criterios que me parece serán considerados al seno del Revolucionario Institucional:

1.- El o la próxima Diputada que coordine al Grupo Parlamentario del PRI y por tanto encabece la Jucopo, tendrá que renunciar a sus aspiraciones del 2022, si es que las tenía. Sería un riesgo para los demás aspirantes a una candidatura que se catapulte solo a una persona desde ahora para buscar ese espacio del 2022 a costas de desatender la coordinación del Grupo, y a costas de usar los recursos que le otorgaría el Congreso para su promoción personal.

2.- El que llegue debe tener el talante y la personalidad necesaria para que se le respete al frente del Poder Legislativo. No solo ser buen tribuno, sino que no oculte al PRI ese primer año que puede aprovechar para sacarle provecho al partido a nivel institucional más que personal.

3.- Si son cinco mujeres y solo tres hombres la lógica diría que debería ser una mujer la que encabece al Grupo Parlamentario, lo cual mandaría un mensaje interesante de inclusión y equidad, pero además de justicia.

4.- La persona que dirige al GP, PRI y por tanto la Jucopo en su primer año, de preferencia debería haber llegado a la Legislatura por la vía de los votos y no por la ruta fácil que es la plurinominal. Sería también un mensaje de justicia a quienes no se favorecen por sus influencias en la burbuja.

5.- Quien llegue a esa responsabilidad debe entender que no se le da la oportunidad para que descaradamente quiera hacer uso de los recursos del Congreso como si fueran suyos; asumir que no habrá de alocarse con una licencia de cortísimo plazo para irse al 2022; que sea un pivote político natural en su relación con el Ejecutivo saliente, con las demás fuerzas políticas y de diálogo con alguno otros sectores.

Lo cierto es que en breve podrían reunirse todos los legisladores electos del PRI con Alejandro Moreno, líder nacional tricolor, así como con la dirigencia saliente de Rubén Escajeda, y sobre todo con la entrante de Arturo Yáñez, y con papelito y pluma a cada quien les hará un ejercicio para ver si entre ellos se han puesto de acuerdo y lo expresen votando a discreción.

Con estos elementos diría que la nominación está entre Ricardo López Pescador, Ricardo Pacheco y Ali Gamboa. De entre ellos saldrá la sucesión del morenista Iván Gurrola Vega al frente del próximo Congreso.

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