Por: Cristhian Salazar

Durango es la última esperanza de Alejandro Moreno, porque de las seis gubernaturas en disputa el año que entra, esta tierra de los alacranes es el único estado que puede ganar el PRI, si se conforma nuevamente una alianza con el PAN.

Después de las elecciones de junio pasado, no son pocos los grupos internos del Revolucionario Institucional que están inconformes con la continuidad de su dirigencia nacional, debido a los pésimos resultados, en los cuales, el partido no ganó una sola de las 15 plazas en juego; incluso “Alito” perdió en su estado Campeche, donde trató de reelegirse a través de un sobrino.

El año que entra las cosas tampoco pintan bien para el PRI, ya que en los estados donde es Gobierno y que habrá sucesión, la tendencia es que Morena le arrebatará tales “bastiones”.

En Hidalgo, donde nunca ha gobernado un partido diferente al PRI, este no pudo ganar un solo distrito y Morena ganó sin apuros 14 de 18 diputaciones locales. A esto hay que agregar que el gobernador Fayad está descaradamente entregado a la voluntad de AMLO, así que seguramente no veremos al mandatario estatal defender la plaza con el ímpetu que requiere el caso.

Y qué decir de Oaxaca, donde con todo y alianza tricolor-azul, los guindas se quedaron con 19 de las 25 diputaciones, obteniendo la mayoría en el parlamento local. Además, en ese estado el presidente de la República ha invertido significativamente en programas sociales y caminos rurales, por ello su popularidad está por las nubes en la cuna de Benito Juárez, donde cuenta también con la complacencia del Gobernador Murat, quien parece más cuatroteísta que los mismos mandatarios de Morena.

En estas condiciones, Durango es un rayito de esperanza para Alito, ya que en nuestro estado no le fue mal al PRI este año. Le arrebató a Morena la mayoría en el Congreso y se consolidó como la segunda fuerza política-electoral. Además, el partido de Moreno Cárdenas tiene con qué competir, ya que aún cuenta en sus filas con el aspirante mejor posicionado, Esteban Villegas Villarreal. A lo anterior, súmele que el PAN está en la alcantarilla y que sus gallos, juntos, no ganan ni una humilde elección de junta municipal.

El futuro político del hoy líder nacional del PRI es muy nebuloso, si su partido no gana mínimamente una gubernatura el año entrante, su cabeza rodará al día siguiente de las elecciones y los zopilotes tricolores ya están lamiéndose el pico para rapiñar los vestigios que queden del otrora poderoso partido. Por eso, el campechano debe pelear con uñas y dientes la candidatura de Durango, porque si se duerme en sus laureles se quedará sin chamba y no le quedará más, que pedirle a su amigo del alma Arturo Yáñez que le devuelva el favor. Por eso, que no nos sorprenda si en 2022 vemos a “Alito” Moreno como delegado plenipotenciario del PRI estatal en el municipio de San Pedro del Gallo.

Twitter: @salazarmercado