EL DETRACTOR… ¿Qué le pasó al PAN?
Por: Cristhian Salazar
Si detenta el poder en la capital y en el estado, pero el PAN pasó a ser la tercera fuerza electoral en este año.
Si en 2019 ganó 14 alcaldías, pero en las pasadas elecciones, Acción Nacional sólo ganó en tres de ellas.
Si el PRI, con todo su desgaste y mucho menos recursos económicos, obtuvo 30 mil votos más que el blanquiazul.
Si en Durango hay un grave desgaste de la figura del presidente AMLO y el PAN representa la “esperanza” de salvar a México del “populismo”.
Si MORENA no tiene estructura ni vida orgánica en Durango y –con algunas excepciones- escogió a lo peorcito como candidatos.
Si Durango capital siempre había sido un bastión panista y un ejemplo para su militancia nacional.
Si somos un estado conservador y la gente no cree en las ideas de la izquierda, ni mucho menos en el proyecto de AMLO.
Si los gobiernos panistas son tan eficaces y eficientes, y en Durango representan el anhelado cambio.
Si en las elecciones intermedias hay baja participación electoral, las estructuras partidarias son determinantes y el PAN tiene la mejor estructura en el estado.
Si el PAN aportó a los mejores perfiles como candidatos de la alianza Va por Durango.
¿Entonces qué le pasó al PAN? Los números son fríos y desde el punto de vista territorial lo son aún más: este partido ganó sólo en tres municipios (Santiago Papasquiaro, Simón Bolívar y Durango, en éste último, prácticamente fue un empate técnico con MORENA); mientras que el PRI ganó en ocho municipios y MORENA en 24. Incluso el Partido Verde obtuvo el triunfo en más municipalidades (cuatro) que Acción Nacional.
Tales resultados revelan una grave crisis electoral en el panismo duranguense, misma que quieren ocultar al cobijarse con la suma de los votos priistas, pero no se puede tapar el sol con un dedo, por el contrario, deberían tomarse decisiones importantes, como empezar por cambiar la dirigencia estatal que ya demostró de sobra su incompetencia, porque de no ser por el PRI, la derecha difícilmente hubiera ganado un solo distrito.
En estas condiciones ¿Qué le pasó al PAN en las pasadas elecciones? ¿Existe un serio desgaste de los gobiernos municipales panistas? ¿Fallaron los operadores político-electorales del partido? ¿Fueron los seleccionados, los candidatos ideales? ¿Cómo tomaron los panistas de cepa la legalización del amasiato con el PRI? ¿El partido abandonó a sus candidatos en la campaña? ¿Existe en realidad ese fuerte rechazo de los duranguenses hacia las políticas de AMLO? ¿El otrora poderoso voto duro panista se aguadó o fue la sociedad civil la que castigó al partido? Estas son algunas cuestiones que deben plantearse los dirigentes de esta organización política, para hacer una valoración objetiva que permita establecer una estrategia rumbo a 2022. Pero tal parece que, después de la tragedia, los panistas siguen en la etapa de negación.
Sobre todo, la pregunta central que deben tener en cuenta los que mandan en el PAN es la siguiente: ¿Con qué cara van a exigir la candidatura a gobernador de la alianza Va por México en 2022? Si quien tome la decisión en dicha coalición, se aferra a poner a un panista, ya pueden irle entregando a Gonzalo Yáñez las llaves del Bicentenario.
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