Por: Alberto Paredes Zúñiga

Desde que Donald Trump tomó la presidencia de los Estados Unidos, el término «fake news», o noticias falsas, comenzó a popularizarse por todo el mundo y México no ha sido la excepción. Las «fake news» son noticias que hacen uso tendencioso de cierta información o simplemente son completamente falsas, es decir inventadas.

En realidad, el inventar injurias y paparruchadas no es para nada algo nuevo para nosotros ni para la política, sin embargo, el uso que se le ha dado a estas mentiras adquiere un nuevo nivel de relevancia dadas las condiciones actuales, pues no sólo se trata de inventar mentiras, sino que, gracias a las plataformas digitales como Facebook o Twitter, éstas van dirigidas a personas específicas que están dispuestas a aceptar lo que sea que hable mal del político que odien por lo que reproducirán estos contenidos que resultarán falsos.

Para dar un ejemplo de todo esto basta con mirar los últimos días, en los que por medio de las redes sociales se ha discutido sobre dos noticias que son a todas luces «fake news» y que se volvieron relevantes. La primera es que la falta de medicinas en un hospital provocó la muerte de un niño. A esta noticia falsa respondió el propio Presidente, de la peor manera, al decir que no entendía cómo médicos o enfermeras no pagaban por tratamientos, sin embargo, el propio hospital respondió que la muerte del niño se debía a otras causas.

Lucrar políticamente con la muerte de un niño inocente parece muy vil y el extremo más terrible de los adversarios de AMLO, sin embargo, la situación siguió cuando continuaron apareciendo comentarios que promovían la idea del desabasto de medicamentos a causa de los supuestos recortes de AMLO. La realidad es otra, esos medicamentos, suficientes o no, fueron adquiridos desde el Gobierno de Enrique Peña por lo que esta campaña de noticias falsas parece ser muy conveniente para aquellos empresarios involucrados en las negociaciones de la compra de medicinas para el próximo año. Con esa clase de presión generada, seguramente pensaban obtener una ventaja ante el nuevo Gobierno que no parece estar dispuesto a los dispendios de los presidentes anteriores.

La otra que comenzó a circular hace poco fue que habría un nuevo «gasolinazo», todo por la modificación de un impuesto en el que no habrá mayores afectaciones al precio del combustible. ¿A quién le conviene está confusión?

@LuzdeEuropa