Por: Ernesto Escobosa

Empiezan a verse algunas de las consecuencias del proceso electoral; la sede del CEN del PRI está tomada por un grupo de inconformes que se hizo presente con palos y armas de fuego para eliminar la resistencia que pudiera haber y poder posesionarse del edificio, una situación bastante desafortunada que pone a este partido en el centro de la violencia política y a sus militantes en peligro, ya que hubo varios heridos por golpes y uno por un disparo. Los procesos internos partidistas siguen siendo muy frágiles debido a que las dirigencias tienden a utilizar las prerrogativas y las candidaturas con una visión patrimonialista para beneficiar a los grupos a los que pertenecen y para excluir a quienes no les son afines, estas prácticas se han evidenciado en todos los partidos políticos y son un factor de atraso para el sistema democrático.

Alejandro Moreno entregó las candidaturas a gobernador a personajes que representaban algún grado de consenso en los estados; trató de construir fortalezas en el resto de las candidaturas escuchando a los liderazgos estatales y prácticamente logró que no hubiera muestras de inconformidad muy representativas durante el periodo de campañas, incluso, por participar aliados con el PAN y PRD.

El punto de quiebre es que el PRI perdió las 15 elecciones a Gobernador y deberá entregar ocho entidades que está gobernando, también perdió la mitad de las diputaciones locales y ayuntamientos que tiene en la actualidad, sin duda, resultados poco prometedores para el futuro de este partido y de su dirigente que básicamente repartió las candidaturas a Diputado Federal Plurinominal entre los miembros de su comité ejecutivo.

Alejandro Moreno responsabiliza al exgobernador de Oaxaca, Ulises Ruíz, de los hechos violentos que propiciaron la toma del edificio priista y acusa que algunos de los operadores eran personajes afines a Morena en la Ciudad de México, por lo que pidió públicamente que la investigación sea atraída por la Fiscalía General de la República. El líder nacional priista perdió Campeche con su sobrino de candidato, su estado, del cual es gobernador con Licencia y derivado de eso es investigado por el delito de enriquecimiento ilícito, precisamente por una denuncia que presentó Ulises Ruíz ante la Fiscalía General de la República.

La guerra por el PRI puede derivar en la inviabilidad futura de “Va por México”, que al final de cuentas, supongo, es la prioridad política de la (Cuarta Transformación) 4T, la cual ha venido utilizando los expedientes de corrupción para acotar tanto a panistas como priistas, es evidente que este ha sido y será, al menos lo que resta de la administración de López Obrador, su “Talón de Aquiles”. Si bien es cierto, Alejandro Moreno llegó a la presidencia del CEN débil, en este momento poselectoral es obvio que se encuentra totalmente disminuido; cuando el presidente dijo en su conferencia matutina que en la Cámara de Diputados podrían construir la mayoría calificada con los diputados del PRI, para muchos, esa declaración no tenía mucho sentido, hoy esa lectura es más clara que el agua.

Twitter: @ernestoescobosa