Por: Luis Alberto Jorge López Chávez

En México y en general en toda latinoamericana el interés que despierta la elección de los representantes populares es poco, salvo algunas excepciones, el lazo entre el ciudadano común y corriente y sus portavoces es muy débil, aún mas cuando al Poder Legislativo se refiere, son pocos los ciudadanos que conocen quienes los representan en el Congreso tanto local como federal.

Esta apatía se ha gestado en gran parte a raíz de la decepción generalizada que existe hacia la política y sus representantes, no obstante, la política es cosa de todos y la hacemos todos los días, hasta cuando no buscamos practicarla, se trata a manera simple, de los asuntos de la polis, de la ciudad, de la comunidad.

Es sabido que la democracia cuesta y cuesta cara, por eso, será un reto para nuestro Estado que los niveles de participación no se reduzcan de manera histórica por un factor conjugado: las elecciones intermedias combinadas con la pandemia del COVID-19.

Ya existen antecedentes en los estados de Coahuila e Hidalgo, en octubre pasado celebraron elecciones dando como resultado una participación inferior al 40 por ciento; en Durango no se espera que la historia sea distinta.

El IEPC y el INE tienen un reto histórico, aunque la vacunación comienza a fluir aún estamos muy lejos de que sea universal, las medidas de prevención y de sanidad tendrán que ser estrictas, pero sobre todo socializarse a manera de dar confianza a la comunidad para que acuda a las urnas y en la medida de lo posible evitar contagios a lo largo de la jornada electoral.

Se trata de un deber cívico y aunque siempre se debe de anteponer la salud, debemos estar conscientes que las decisiones que ahora se están tomando para manejar esta pandemia dependen de manera directa del voto que ejercimos en el pasado inmediato.

Se trata también de la situación perfecta para comenzar a buscar alternativas para ejercer nuestro sufragio de manera distinta, como puede ser el voto por correo, o de manera electrónica, claro esta que falta tiempo, experiencia y dinero para que se desarrollen de manera efectiva, pero puede ser un excelente momento para poder plantear alternativas a futuro.

Será un reto también para los candidatos a diputados federales y locales replantear sus estrategias y su discurso para lograr convencer a las personas de que acudan a las urnas, el trabajo de los que busquen representarnos radicara en levantar expectativas, pero sobre todo buscar que la ciudadanía ejerza su derecho al voto; un derecho que ha costado sangre, sudor y lagrimas.

Twitter: @LuisLopezDgo