Por: Emmanuel Salazar

Cuando el Partido Revolucionario Institucional (PRI) era un partido hegemónico, la figura del tapado fue la imagen socorrida de los procesos internos de selección del entonces todo poderoso partido, que si bien hoy en día está en desuso persiste muchas formas de las que se tenían en el pasado.

Como casi ningún partido político se arriesga a realizar un proceso interno de selección de candidatos, bajo la experiencia de que causa división y ello propicia eventuales derrotas, los partidos políticos habrán de mantener esa especie de ritual para elegir candidato.

En el caso de Morena deberá de ser el presidente Andrés Manuel López Obrador quien decida el nombre del candidato, aunque se buscará matizar la decisión con la aplicación de encuestas como ocurrió este año en aquellas entidades en donde hubo proceso electoral para renovar al poder ejecutivo.

Esas encuestas no necesariamente habrán de recoger a la personalidad más reconocida por la población, sino aquella en la que López Obrador pueda tener mejor comunicación.

Los nombres van desde la alcaldesa de Gómez Palacio, Marina Vitela, la senadora Margarita Valdez, el senador José Ramón Enríquez Herrera, e incluso a Manuel Espino Barrientos.

Para Vitela el reto sería poder ganar la capital del estado, considerando que en la elección del domingo 6 de junio dio muestra de tener control sobre la región laguna, sin embargo, lograr penetrar la zona centro del estado, incluida la ciudad de Durango es todo un reto, pues con Gómez Palacio no basta para triunfar.

La senadora Margarita Valdez se ha movido, pero desgraciadamente se le ha involucrado en episodios que, si bien la han hecho ser conocida, ha sido en las bromas de las redes sociales, además de no haber penetrado más allá de los grupos universitarios.

El senador Enríquez Herrera busco promover el triunfo de su partido en Chihuahua, pero finalmente se impuso la enorme popularidad de la alcaldesa de la capital del vecino estado y por supuesto el regionalismo que rechaza que el centro les imponga políticos.

Espino Barrientos es un elemento sumamente peculiar, expresidente nacional del PAN que fue expulsado quien trabo cierto trato con el presidente, podría aspirar, aunque ya en el pasado la senadora Valdez lo ha impugnado.

El reto de Morena es evitar la división, intentar articular un instituto político que trascienda el movimiento que sigue siendo y generar una estructura que el 6 de junio quedo claro que no la tiene.

Twitter: @jemmanuelsr