Por: Ernesto Escobosa

Este proceso electoral está siendo Sui Géneris, decenas de aspirantes y candidatos asesinados, otros acusados de delitos sexuales o de estar vinculados a grupos de la delincuencia organizada, incluso, al menos uno, se encuentra en la lista de los más buscados por la DEA y es considerado como armado y peligroso. Todo esto sumado a las escasas capacidades y talentos políticos que han mostrado la gran mayoría de los candidatos construyen un escenario muy peligroso para el país, muchos de los cargos de representación popular y de Gobierno terminarán en manos de neófitos e ignorantes que parecen no tener idea de lo que es el estado mexicano ni cuáles son las atribuciones constitucionales de los puestos por los que contienden.

Candidatos a diputados que si no están bailando o cantando para promocionarse se ponen a hacer promesas que son responsabilidad de otros órdenes o niveles de Gobierno y poco o nada tienen que ver con los procesos legislativos, la falta de preparación y entendimiento de la política durante esta campaña se han hecho cada vez más evidentes conforme transcurre el tiempo. La degradación de los políticos tiene consecuencias directas en la calidad de la democracia y en la eficacia institucional, son pocos los candidatos a los que se les puede tomar en serio, las improvisaciones son bastante notorias y están presentes en todos los partidos políticos; hay candidaturas que agreden la inteligencia de los electores.

Morena es el partido que menos consistencia ha mostrado, ya que antes de que definieran sus candidaturas las intenciones de voto parecían apabullantes, su problema es que cuando se empezaron a hacer públicos los nombres de las personas a las que están postulando las encuestas empezaron a variar y a equilibrarse más en relación a sus contendientes, en algunos casos por la intrascendencia o mala reputación de sus candidatos y en otros por el mal manejo de la comunicación política de sus dirigentes y por estar haciendo campañas poco atractivas.

La dirigencia de Morena se complicó así misma el escenario, lo único que tenían que hacer era escoger candidatos más competitivos que los que ya habían registrado los demás partidos e inexplicablemente hicieron todo lo contrario, aunque aun así la mayoría de los entrevistados por las empresas encuestadoras siguen viéndolos como una mejor opción que los candidatos de PRI, PAN y PRD en lo general; en donde se les empezará a complicar será en el caso concreto de cada uno de los cargos que están en disputa.

Si bien es cierto en 2018 bastó la fortaleza de López Obrador como candidato a la Presidencia de la República para que cientos de candidatos de Morena y sus aliados ganaran, incluso sin hacer campaña y siendo desconocidos, era bastante ingenuo que creyeran que en el actual proceso electoral se darían las mismas condiciones. Aunque los candidatos de la “Coalición Va por México” seguirán cargando con el desprestigio de los gobiernos panistas y priistas que provocaron que se agudizaran y se salieran de control muchos de los grandes problemas nacionales vigentes desde hace décadas, en gran medida los resultados dependerán no tanto de los partidos sino de quiénes están contendiendo, ya que no podrá haber un voto ideológico consistente debido a que hay candidatos de diversos orígenes representando a Morena, además de que se aliaron con el PVEM y PT que no se encuentran entre lo mejor de la política mexicana; los candidatos del PRI, PAN y PRD, por su parte, están haciendo campaña juntos, compartiendo una sola plataforma electoral y en muchos de los casos cohesionados por los pactos de impunidad que hicieron sus gobernadores.

De nueva cuenta los electores tendrán que votar por los menos malos.

Por: @ernestoescobosa