Por: Alberto Paredes Zúñiga

Una de las principales razones por las que Andrés Manuel López Obrador llegó a la Presidencia con ese margen tan grande ventaja fue el hartazgo de casi todos los mexicanos ante una situación política, económica y social cada vez más grave ante la que los poderosos de siempre difícilmente respondían eficazmente o simplemente no les importaba.

Quedan para un funesto anecdotario nacional las posturas de Caderón diciendo que los muertos por su absurda guerra eran daños colaterales o la procaz forma en que Enrique Peña afirmó que ningún chile nos embonaba. El país se desmoronaba y ellos sólo estaban interesados en incrementar su riqueza o su poder, aunque el poder se les iría como agua entre las manos como evidencia su nula relevancia actual.

Otra cosa que a nadie sorprende ni le parece novedoso es la corrupción e inmoralidad en la que se encuentra hundida esta clase política encumbrada a la que hago referencia. Aun si sólo nombrara los casos de corrupción en estos dos sexenios, el espacio en esta publicación se agotaría. Y fue por eso que la opción política que representaba AMLO en las urnas resultó tan potente dado este contexto.

Sin embargo, el gran riesgo de este proyecto político y del destino futuro del país está en que esa clase de personas e intereses no vuelvan a las posiciones de poder e incluso abandonen las que ahora conservan. Pero eso no parece fácil, pues más allá de la honestidad que pueda ostentar el Presidente, la realidad es que todos los partidos, incluida una importante facción operativa de Morena, se encuentran compuestos por personajes poco honestos y cuya sed de poder es más grande que la de la construcción de un nuevo proyecto de nación.

Y estos choques no se han hecho esperar, basta mirar los conflictos por el estado de Puebla o las asambleas generales de Morena, para darse cuenta que hay un grupo que representa viejos intereses, liderados por Monreal y Polevnsky, que pueden tener un afecto muy adverso en el futuro político e incluso electoral, pues si estos personajes continúan decidiendo dentro de Morena, no tardarán mucho en convertirse en la caricatura desdibujada ahora conocida como PRD.

Estoy seguro que el Presidente es lo suficientemente agudo en sus análisis como para saber que la ruina de su proyecto contra el neoliberalismo pende de un hilo rodeándose de estas personas. La pregunta es: ¿Por qué no se suelta de ellas?

@LuzdeEuropa